La semana pasada el agua comenzó a correr tímidamente por el río Girona después de las precipitaciones registradas en el anterior episodio de la DANA. Hacía meses que no ocurría y aunque suponga una preocupación después de horas y horas de lluvia persistente, también supone una alegría volver a verlo compartiendo piedras y vegetación con el agua «amb coneixement».
Se trata de un río de 38 km que nace en el barranco de la Font Blanca, cerca de Alcalá de la Jovada. Durante su recorrido, pasa por la Sierra de la Carrasca y recoge agua de manantiales como la Font del Gili y la Font de Reinós. Un punto destacado es el barranco de Greger, conocido como el barranc de l’Infern, y es en sus inicios donde se lo conoce como río Ebo.
Ha sido allí, en les Valls, donde se ha recogido buena cantidad de litros en las últimas 24 horas. En la Vall d’Ebo se han registrado 130,8 mm. Pero el Girona atraviesa también Orba, que ha acumulado 70 mm de precipitación, Sagra, cuyo registro es de 119,6 mm, en el Ràfol d’Almúnia han sido 112,8 mm y en El Verger 31,6 mm, además de recorrer otras localidades como Tormos, Benimeli, Sanet i Negrals, Beniarbeig, Ondara, Els Poblets, para desembocar finalmente en el Mediterráneo, en la playa de la Almadrava.