OPINIÓN Populares Calpe
Con gran pesar el Grupo Municipal Popular ha sabido de la suspensión del V Concurso de Decoración de Calles del Centro Histórico, una iniciativa del que ha sido símbolo de creatividad, participación ciudadana y amor por el casco antiguo de Calp. El motivo: tan solo una asociación vecinal se ha inscrito para participar este año. Una escasa respuesta que, más allá de las cifras, refleja la falta de impulso político necesario para mantener vivas las iniciativas que verdaderamente construyen comunidad.
Este concurso, nacido con esfuerzo y mucho sacrificio, incluso en tiempos de pandemia, forma parte del proyecto Art al Carrer, que desde 2017 ha llenado de color y vida las calles más emblemáticas del centro histórico. Durante sus ediciones anteriores, multitud de asociaciones culturales calpinas han sumado fuerzas para decorar nuestras calles con arte, historia y emoción, ofreciendo un espectáculo visual que no solo embellecía la ciudad, sino que unía a vecinos y visitantes en un objetivo común: reivindicar y redescubrir el alma de Calp.
Junto a los míticos conciertos de verano en la Plaza de la Villa, que también han desaparecido en esta legislatura, este concurso ha sido un pilar en la programación cultural estival y un auténtico atractivo turístico y local. Gracias a él, muchos calpinos, residentes y turistas han tenido la excusa perfecta para volver al corazón del pueblo, pasear por sus calles, descubrir rincones olvidados, y hacer una parada en nuestros comercios y bares, contribuyendo a la dinamización de la economía local.
Hoy más que nunca, cabe reflexionar sobre el papel de las instituciones en el fomento de la participación ciudadana y la cultura local. Iniciativas como esta no pueden mantenerse únicamente por el entusiasmo de unos pocos. Requieren apoyo, visibilidad y, sobre todo, voluntad política.
La suspensión de esta edición no debería verse como un punto final, sino como una llamada de atención al actual gobierno, el tripartito, Somos Calpe, Psoe y Compromís. Porque mantener vivas nuestras tradiciones culturales no es un lujo, sino una necesidad. Que este silencio en las calles no sea el olvido, sino el inicio de una nueva etapa donde la cultura y la participación ciudadana vuelvan a ser protagonistas.