La Marjal Pego-Oliva está de celebración estos días. El jueves llegaron a las instalaciones del humedal 12 polluelos de águila pescadora que serán los protagonistas del proyecto de reintroducción de la especie en el paraje natural. Esta mañana de viernes, los representantes de los Ayuntamientos de Pego, Oliva, Dénia y Xàbia, impulsores de la iniciativa, así como la Fundació Migres y la Fundación Iberdrola han acudido expectantes a conocer a los nuevos habitantes de la comarca.
Las doce aves rapaces llegan desde tierras escocesas (por primera vez), de la mano de la Roy Dennis Wildlife Foundation, fundación que trabaja en la restauración de especies y que está en la vanguardia de la investigación sobre la migración de aves. Una entidad que ha participado en la reintroducción de aves en Suiza, el País Vasco o el sur de Inglaterra, entre otros lugares, y que ahora van de la mano en este proyecto de los que pusieron en marcha la iniciativa: la Fundación Migres, la Conselleria de Medio Ambiente, los ayuntamientos de Pego, Oliva, Dénia y Xàbia, y la Fundación Iberdrola.
De nuevo, sobre las faldas de la Muntanyeta Verda la comitiva que ansiaba ver a los doce especímenes ha podido conocer a los polluelos, que por el momento no tienen nombre, salvo uno de ellos, «se llama Pepe en homenaje a una persona que nos ayudó en la aduana muchísimo, pues parecía que no íbamos a poder traerlos», ha explicado Itziar Colodro, alma mater de este proyecto, miembro de la Fundación Migres.
No es la primera vez que se intenta reintroducir al águila pescadora en la Marjal, pero sí la primera de forma tan ambiciosa. En las anteriores ocasiones el número de especímenes fue más reducido, entre 2 a 5 polluelos, ahora se ha optado por una docena: «Aumentando el número de ejemplares se aumentan las posibilidades de supervivencia de la especie ya en el primer año», ha remarcado Colodro.
Las doce aves elegidas y su viaje
«El viaje de las aves ha sido tranquilo para ellas, pero complicado, especialmente para poder pasar la aduana, pues con el Brexit todo es más difícil, de manera exponencial, y en el caso del transporte de animales, siempre es una situación delicada», ha matizado Itziar.
La odisea de la docena de águilas pescadoras empezó mucho antes, en el proceso de selección. «No se ha dejado nada al azar», ha comentado Colodro. En la selección de los especímenes se tienen en cuenta diferentes parámetros. Uno de los más importantes es su tamaño: «Debe ser el adecuado, ni muy pequeños porque pueden sufrir más en el traslado, ni muy grandes para evitar que quieran iniciarse en los vuelos antes de lo previsto, su instalación en su nuevo hogar». Bajo esta premisa se escogen siempre los polluelos más pequeños de cada uno de los nidos de los que se hace seguimiento en la costa escocesa, «se aumenta así la probabilidad de vida de las otras aves que se quedan, y con ello se incrementa la población efectiva».
Otro de los requisitos imprescindibles es su buen estado de salud, «deben estar en perfectas condiciones físicas», y el sexo de los especímenes. Aunque los expertos aseguran que es mejor que el porcentaje de machos sea ligeramente superior al de hembras, así se ha hecho en esta ocasión. En las anteriores se había optado por el 50%, «nos preocupaba más la salud que el sexo de los polluelos, esta vez la selección ha sido más específica».
Adaptarse a la Marjal para que deseen regresar
Hecho el viaje, ahora las águilas deben aportar su parte, adaptarse al medio. Contarán con la ayuda de los técnicos del proyecto, «intentaremos que tengan el mínimo contacto humano, no queremos que la consideren una especie amiga». Para ello se va a optar por el método hacking a la hora de alimentarlos durante sus primeros compases de vida aquí en la Marjal. «Este método consiste en la crianza de los polluelos en estado de semilibertad. Se colocan en nidos que simulan a los naturales y se les proporciona la comida de manera artificial, intentando evitar al máximo que el animal conozca su procedencia», ha explicado Colodro. El acto de alimentarlas se realiza sin que vean a sus cuidadores para evitar el apego a los humanos.
Pasadas las primeras semanas, en las que los polluelos todavía salen muy poco de sus nidos, estos empezarán a alzar el vuelo, otro de los momentos cruciales. En las anteriores ocasiones las migraciones de estas aves les ha conducido a un final trágico, «suele pasar, porque tienen muchas trabas que sortear en sus recorridos, desde puntos eléctricos hasta furtivos. Nosotros les colocamos un GPS para realizar un seguimiento, pero no podemos hacer nada más al respecto, tan solo hacer que su estancia aquí sea la mejor para que lo perciban como su hogar y quieran volver», ha matizado Colodro.
«Estamos encantados de recibir, una vez más, a estas aves. Queremos que el proyecto funcione y que en un futuro no muy lejano la especie se asiente en la zona. Por ello siempre hemos estado y vamos a estar apoyando esta propuesta, esté quién esté en las instituciones, y aunque tengamos menos apoyos», ha indicado el alcalde de Pego, Enrique Moll.
El munícipe ha resaltado «el increíble trabajo que están realizando los técnicos, su empeño en que este proyecto funcione es admirable. Ojalá en poco tiempo podamos confirmar la consolidación de este proyecto y que así vean todo su esfuerzo recompensado».
El proyecto de reintroducción
El proyecto nació por iniciativa de los ayuntamientos de Pego, Oliva, Denia y Xàbia que propusieron a la conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural traer de vuelta como especie nidificante al águila pescadora, ya que las últimas parejas en la Comunitat Valenciana se refugiaron en el litoral de la Marina entre los años 70 y principios de los 80.
La conselleria de Transición Ecológica aceptó de manera inmediata participar, contando con el asesoramiento científico y técnico de la Fundación Migres, entidad que ya ha participado en la reintroducción de esta especie en Andalucía, donde ahora mismo se están criando ejemplares de águila pescadora en Cádiz y Huelva, con la colaboración del Govern Balear y de la Junta de Andalucía.
Para facilitar la adaptación de las águilas al medio en el que han sido depositadas, se han llevado a cabo una serie de actuaciones como la corrección y eliminación de torres y tendidos eléctricos (en los que se ha contado con la destacada participación de Iberdrola), labores de mejora del hábitat mediante la creación de aguas libres de vegetación palustre e instalación de soportes elevados para su uso como posaderos o plataformas de nidificación.
El Proyecto de Reintroducción del Águila pescadora en la Comunitat Valenciana se inscribe dentro de la estrategia “Comunitat Valenciana. De la Periferia al Centro de la Conservación” propuesta por la Dirección General de Medio Natural y Evaluación Ambiental para la recuperación de especies extinguidas, poner en valor determinados territorios, establecer alianzas en torno a la conservación de espacios naturales e insertar los esfuerzos de conservación en el territorio valenciano dentro del contexto nacional e interna.