La salud pública hace un siglo era un tema bastante complicado. Sobre todo, en época de posguerra, cuando el hambre y la escasez de recursos asolaban a gran parte de la sociedad. No en vano, las creencias populares y los remedios caseros para combatir los males estaban a la orden del día.
El Arxiu Municipal de Dénia, en «La mirada de l’arxiu núm. 71» comparte un curioso dato a cerca de los cánticos que los más jóvenes coreaban después de los bautizos de los recién nacidos de la época. Por aquel entonces, el temor a que el bebé perdiera la vida demasiado pronto llevaba a las familias a realizar el rito cristiano en las dos primeras semanas de vida del recién llegado. No obstante, «la mortalidad infantil fue disminuyendo a finales de la década de los 50 y los 60 del siglo XX», señala l’Arxiu.
Ese miedo estaba «interiorizado» en la sociedad y quedó patente en la popular canción que rezaba aquello de «padrí pollós». El propósito de los más jóvenes era lograr que los padrinos del recién nacido celebraran la bondad que acompañaría a la criatura lanzando caramelos y dinero a la salida de la iglesia. Aquellos niños que lo coreaban ágilmente podían acceder a las ofrendas lanzadas al aire que finalmente caían al suelo.
Según anota el Arxiu Municipal de Dénia, «la figura de los padrinos, más allá del sacramento, se veía como un apoyo de futuro para el bebé» y especifica que, «los padrinos, para ser buenos, debían tener «posibles», simbolizado en esos caramelos y dinero que lanzaban a los jóvenes».
La curiosidad que destaca la entidad dianense es que en cada municipio de la Marina Alta podía variar la fórmula empleaba en este cántico. Sobre la que se escuchaba en Dénia, asegura que ya no se recuerda a penas, aunque han encontrado una referencia al respecto. Esta dice: «padripollo ric, que tire confits/ padripollo pobre que tire garrofes…».
Sin embargo, el Arxiu recoge más variantes que se distinguen por localidades:
- En Pego: «Padrí pollós / ni un ni dos / el padrí picolí / la padrina picolina /si no tiren confitura / morirà la criatura».
- En Xàbia: «Padrí pollós / cames de gos / tireu confits / bons i bonics / tireu confitura / si no, que es muiga la criatura».
- En Ondara: «Padrí pollós / com el rabo del gos / la padrina picotina / el padrí picotí / si no tiren confitura / es morirà la criatura».
Los seguidores del Arxiu Municipal de Dénia recogen dos versiones más:
- En Beniarbeig: «Pardrí pollós / el rabo del gos / el padrí picotí / i la padrina picotina / si no tiren confitura / que es muiga la criatura».
- O de nuevo en Pego: «Padrí pollós / ni un ni dos / el padrí pegolí / la padrina pegolina / si no tirés confitura / morirà la criatura».
Aquello que comparte todo el recopilatorio por la geografía comarcal es la «amenaza si no había confitura», recalca el Arxiu, que «sentenciaba la muerte de la criatura». Suena macabro, pero aprovechaba ese miedo a la muerte del nacido lanzando una especie de conjuro para obtener una recompensa. De no ser así, el mal pesaría sobre la nueva persona llegada al mundo. Eran otros tiempos, por supuesto.
*Puedes ayudar a ampliar este repertorio popular dejando en comentarios la versión y el municipio donde se escuchaba.