La Pista Rosaleda de Dénia en 1952 fue el escenario del primero de los muchos éxitos del protagonista de esta historia. Con tan solo 19 años, Miguel Samper Peiró ganó un concurso musical comarcal que sirvió de despegue para aquel joven que se convertiría en uno de los grandes artistas que la Marina Alta atesora en su memoria.
Nacido en Pego en 1933, Miguel, apodado Fulleraca, se convirtió en la década de los 60 en una de las voces de la canción melódica más prodigiosas y reconocidas del panorama musical nacional. Sus inicios y formación fueron de la mano del maestro Alfonso Oltra, quien lo integraría como cantante de su orquesta.
Las salas de música y baile de la época más cercanas lo acogieron con entusiasmo. Desde Mi Jardín en Ondara a la Mena en Oliva, pasando por la Monumental del Verger o las salas Victoria y España de Pego. El viaje del cantante no haría más que empezar, pues en 1958 comenzaría su andadura con otra orquesta, famosa del momento y dirigida por el vecino de Parcent José Perelló, la Sik-ko.
Benidorm y sus sitios emblemáticos fueron la siguiente parada de Miguel Samper en 1961. Un año después aceptaría un contrato junto a su mujer en el Teatro Victoria de Barcelona. Katy and Mitchell, el nombre artístico de la pareja, formaron parte del espectáculo del bailarín Antonio Amaya, pero la fama del pegolí fue a más. La Ciudad Condal le sirvió para grabar su primer EP, alcanzando más notoriedad y reconocimiento por momentos.
Alcanzando la fama nacional
Pronto tocaría el suelo de Madrid, concretamente en 1963, donde más salas de fiesta y festivales le brindaron la oportunidad de darse a conocer en la capital. La televisión o la radio fueron otros de los mecanismos para consolidarse como una de las mejores voces del panorama nacional. En 1964 estuvo a punto de ser preseleccionado para participar en el Festival de Eurovisión, aunque por diversas cuestiones fue el grupo Los TNT quien obtuvo el título de representante español en el concurso.
En 1965, la llegada de The Beatles a España estuvo acompañada de diversos cantantes y grupos del momento para abrir boca a los únicos dos conciertos que la banda daría, uno en Madrid y otro en Barcelona. El famoso Michel, nombre con el que se quedaría, fue uno de los artistas teloneros de los británicos. Aunque la actuación del de Pego no fue una de las más destacadas, ya que su estilo poco tenía que ver con el de los Beatles, fue otra de las hazañas anotadas en su biografía.
Pero donde Michel sí se sentía a gusto era en los festivales de talento musical que se celebraban en muchos rincones del país. En el de Benidorm de 1967 y 1968 tenía muchas papeletas para ganar. Finalmente, el vencedor fue el italiano Tony Dallara (en el 67), quedando el pegolí con el premio de la crítica. El año siguiente, tampoco obtuvo toda la suerte que se esperaba, pues Julio Iglesias, aun desconocido, quedó en primer lugar.
Donde sí triunfó fue en el festival del Atlántico en Puerto de la Cruz, Tenerife, cuando también participó en 1967. Pese a quedar en segundo puesto con la canción Operación cariño, aquel éxito le abrió camino en las Islas Canarias.
Cuando Michel enamoró a la URSS
Uno de los acontecimientos que marcarían su renombre fuera del país ocurrió en tierras asturianas ese mismo año. Llegó a las manos de Nikolai Kusmienko, capitán de un buque mercante soviético atracado en el puerto de Avilés, un disco que Michel había grabado para el periódico Región. El tema Balada en la tumba de un soldado de la voz del de Pego cautivó los oídos del capitán y, tras conocerse ambos, contrataron una gira del cantante por la URSS en 1968.
El éxito fue tal que el contrato cambió para incrementar el número conciertos y, además, firmó otro para dar otra gira al año siguiente. La carrera de Michel se centró desde entonces en la gira anual por la URSS y en algunas actuaciones en España. En 1976, el gobierno ruso le otorgó la medalla Tchaikovsky, como máximo reconocimiento por su labor cultural y artística.
Aunque su trabajo allí le conllevó algunos problemas en otras partes del mundo, las hazañas de Michel por la antigua Unión Soviética le trajeron grandes alegrías. Se editó un disco suyo para los Juegos Olímpicos de Moscú en 1980, participó en el Festival Internacional de Cine de Moscú en el 81 y en el 82 se editó un LP con canciones rusas interpretadas en ruso por él mismo.
Regreso a casa
Después de 15 años, el pegolí decidió poner fin a sus andaduras rusas para volver a su localidad natal en 1986. Volvió a trabajar en el oficio que le había transmitido su padre en un taller de mármol, pero no abandonó del todo la música. En esta época, sus actuaciones se centraron en recorrer distintos restaurantes de renombre cerca de casa, como el Guadiana, Montepego, La Bresca o el Viva España.
Su memoria perdura en Pego, pues fue nombrado Hijo Predilecto en 2002. En 2009, después de fallecer tras una operación debida al cáncer, el Ayuntamiento le dedicó el nombre de un paseo, el conocido passeig de Michel, y en 2010, diversos cantantes y amigos formaron parte de un espectáculo para rendirle homenaje.
- Bibliografía: Almela, J. M. (2019). Michel (Pego, 1933 – Madrid, 2009). Una veu prodigiosa. En F. Carrió Company (Ed.), 150 anys de música y ball a la Marina Alta (pp. 185-191). Gráficas García Contrí