La Marina Alta atesora entre sus característicos paisajes cerca de 5.000 hectáreas de frondosos bancales de cítricos. Los naranjos, en gran medida, pero también limoneros y pomeleros copan buena parte de sus terrenos y es difícil no encontrar algún rincón dedicado a estos cultivos en sus treinta y tres municipios.
Los naranjos llevan en la comarca desde la convivencia de sus tierras con los musulmanes, allá por el siglo X. Utilizaban la Citrus aurantium, una variedad amarga, para la decoración de jardines o para la elaboración de licores y confituras, según señala la MACMA. Entre los siglos XV y XVI llegaron los primeros naranjos dulces, más parecidos a los que conocemos ahora, pero no fue hasta el XX cuando la Marina Alta triunfó por el mundo con sus variedades.
El final del siglo XIX y principio del XX significó el cambio del cultivo estrella. La filoxera dejó a las vides y al comercio de la pasa en crisis y arrasó con la dedicación de los pueblos y sus vecinos y vecinas. Pero la edad de oro de la pasa en la comarca dejó abierta la puerta a la exportación a países extranjeros y, con ello, el territorio comenzó a ganar fama más allá de sus límites.
Las localidades donde el regadío era más factible comenzaron a apostar cada vez más por las naranjas. Por este motivo, la mayoría de los bancales de las localidades que rodean a la Serra de Segària y que siguen el curso del río Girona, así como Pego, l’Atzúbia y Forna, están conformados por naranjos. La apuesta por el monocultivo prosperó y los cítricos, sus aromas y la tradición que de ellos desprende son una seña de identidad de la comarca.
La expansión de la naranja y su comercio se caracterizó en buena parte por la exportación internacional de los frutos. Y hacer atractivo y diferenciar a los diversos comercializadores del cultivo propició una buena tira de marcas comerciales que requerían una imagen determinada. Colores llamativos, escenas entrañables o la tradición fueron parte de la inspiración del diseño gráfico de la época para la venta de los cítricos.
La Fundació CIRNE de Xàbia, a través de Antoni Espinós Quero, aporta a Aguaits, la Revista d’Investigació i Assaig del Institut d’Estudis Comarcals de la Marina Alta, en su edición de 2020, una gran recopilación de etiquetas, marcas y textos sobre este fenómeno visual que acompañó a los buenos tiempos de la naranja en la comarca.
Los destinos más conocidos hacia donde viajaban los productos eran Nueva York o Reino Unido, pero en este etiquetaje incluso se adaptan los textos al alemán, dejando ver el potencial y alcance de los comercializadores.
Otra de las curiosidades de la exportación de naranja que se puede apreciar en los reclamos visuales del siglo XX es el gran prestigio que aportaba la ciudad de Dénia. Compitiendo con Gandia como principal puerto de exportación, el nombre de la capital de la Marina Alta era sinónimo de calidad. Por este motivo, se pueden encontrar algunas etiquetas con origen en Sanet, pero con la denominación Dénia también presente.
Beniarbeig
Sanet i Negrals
Pego
Pedreguer
Ràfol d’Almúnia
– Espinós Quero, A. (2020). Etiquetes de taronja a la Marina Alta. En Institut d’Estudis Comarcals de la Marina Alta (Ed.), AGUAITS. Revista d’Investigació i assaig de l’IECMA (nº ed. 41-42, pp. 89-101).