La Marina Alta lleva siendo carne de la construcción décadas. Desde los 70 que la pequeña comarca ha ido viendo su paisaje cambiar, pero los 90 abrieron una nueva veda a la edificación de viviendas que se intensificó en los 2000 con la entrada del nuevo siglo. Chalets, urbanizaciones, apartamentos y bungalós comenzaron a teñir espacios cada vez de forma más intensiva.
El 2008 supuso el estallido de toda la burbuja inmobiliaria y las obras, las grúas y los materiales desaparecieron de golpe. Y todos esos espacios, muchos de ellos ya envueltos por completo en hormigón, quedaron ahí, algunos más y otros menos acabados. A través de las siguientes imágenes, deslizando el cursor, se muestra cómo ha sido el radical cambio de algunos de los parajes montañosos de Marina Alta después de ser urbanizados. La fotografía más antigua corresponde a la década de los 50, mientras que la actual es de 2023.
Parajes diferentes: lo que ha sustituido a la vegetación
Uno de los primeros grandes símbolos de toda esa urbanización residencial a gran escala en la comarca siempre ha sido las Cumbres del Sol en El Poble Nou de Benitatxell, desde que empezara a fraguarse su Plan Parcial en 1973. El complejo, de «3,7 millones de metros cuadrados de terreno en una costa virgen, única en España», tal como reza la descripción de la urbanización en su página web, está compuesto por, concretamente, trece zonas.
Irónicamente, cada uno de los sectores en las Cumbres ha sido bautizado con el nombre de una planta o árbol diferente. Así se cambió la vegetación autóctona del Puig de la Llorença y sus abancalamientos por innumerables villas y apartamentos con exóticas y atractivas nomenclaturas.
Viajando hasta Calp, otro icono de la época es la urbanización Maryvilla. Esta se encuentra en la ladera norte de la Serra de Toix, que delimita de forma natural las comarcas de la Marina Alta y la Marina Baixa. Fue también en la década de los 70 cuando los chalets allí comenzaron a florecer para dar nombre finalmente a una extensión más del municipio con el nombre que bautiza el complejo.
Tanto Las Cumbres del Sol como Maryvilla fueron impulsadas en los dos montes de la comarca por VAPF S.A. La empresa, con sede central en Benissa, anota en su historia no muy lejos de estas otras muchas más, hasta un total de 14. Entre las primeras, Canuta, también en Calp, Buenavista y Montemar en Benissa, Balcón al Mar y Tossal en Xàbiay y Monteazul de nuevo en Benitatxell.
Otro gran olvidado que hizo mella en el paisaje más al norte de la comarca, y que en 2022 se anunció que iba a ser rescatada por la constructora, es la urbanización en el sector Penya Rotja de Pego. Esta no fue iniciada por la VAPF, sino por Martinsa Fadesa, aunque nunca la finalizó después de entrar en concurso de acreedores en dos ocasiones, en 2008 y en 2015. Unos 14 millones de euros costó a la empresa de Benissa para hacerse con ella, y donde en 170.000 metros cuadrados de edificabilidad podrá construir hasta 3.000 viviendas.
Es ahora en la Vall de Pop donde se fija la vista, y las protestas, contra un nuevo proyecto urbanístico: el PAI Medina Llíber. El Plan de Actuación Integrada contempla la construcción de 276 villas y 212 viviendas en una sección de la Muntanya Llarga orientada hacia el citado municipio. Partidos políticos y plataformas ciudadanas, como Salvem la Vall, se han posicionado en contra de esta futura urbanización. El pasado 18 de febrero una manifestación reunió a unas 3.000 personas en protesta por los avances del plan.
qué pena, cuanta codicia
¿Desde que años VAPF goza de patente de corso para construir?
El precio de la evolución
Y el de xalo no el comenteu..o esteu de acord