La emergencia educativa en Calp ha sido una de las principales prioridades del equipo de Gobierno calpino, conformado por Somos Calpe, PSPV-PSOE y Compromís, desde su llegada al Ayuntamiento en mayo de 2023. La autorización de la Conselleria de Educación para que el Ayuntamiento asuma las competencias de licitar las obras del segundo instituto de la ciudad y del nuevo Centro de Educación Especial (CPEE) Gargasindi ha sido todo un alivio tanto para la comunidad educativa como para los dirigentes municipales.
El avance permitirá mejorar y ampliar las instalaciones educativas, adaptándose a las necesidades crecientes en la demanda. Además, la Conselleria se encargará del extracoste generado por el incremento de precios de las obras, para sorpresa del Ayuntamiento.
Conversamos sobre el asunto con Ana Sala, alcaldesa de Calp, quien revalidó su alcaldía en las pasadas elecciones municipales, llegando a conformar el mencionado tripartito. ¿Cómo recibieron la noticia? ¿Qué tiempos se barajan hasta tener los centros finalizados? ¿Serán suficientes estas nuevas infraestructuras?
PREGUNTA. ¿Cómo fueron las primeras reacciones en el Ayuntamiento tras recibir la noticia de la autorización para licitar los dos necesarios centros educativos?
RESPUESTA. El viernes 28 de junio fue un día histórico para Calp, después del tiempo y los años que llevamos esperando. Porque hay que hablar de años, no se trata de una o dos legislaturas. En 2015 se aprobó el Pla Edificant, este modo de gestionar la educación en la Comunidad Valenciana por parte del Gobierno autonómico de entonces. Nosotros nos adherimos tarde, es verdad, si no recuerdo mal en 2017.
Pero no estamos hablando de un déficit educativo de ocho años, estamos hablando de más de 15 años que Calp necesitaba otro instituto, y lo sigue necesitando porque todavía no lo tenemos. Esto tenía que caer por su propio peso. Hemos trabajado mucho, la parte política, la parte técnica… Los tres grupos del equipo de gobierno, cada uno a nivel político, ha hecho su gestión por luchar para conseguir los dos centros y seguiremos en esta línea cuando necesitemos alguna reivindicación.
Tenemos una lucha competencial siempre que nos hace un poco inútiles, por así decirlo, y el ciudadano no lo entiende. Los más cercanos somos los que sufrimos los problemas y otros que están más arriba no se enteran o hacen oídos sordos algunas veces.
Ha sido una lucha continua y estamos muy satisfechos. Ese viernes, como digo, fue histórico. Quince días antes estuve personalmente llamando todos los días, hasta que me dijeron que ya estaba firmado y que nos llegaría pronto la notificación. Ese viernes, a las 08:30 horas tenía el mensaje del secretario, porque son los que abren el correo, el registro de entrada y llevábamos pendientes todas las mañanas mirándolo bien.
Por otra parte, me llamó Carmen Salcedo, Jefa Técnica de Infraestructuras, para decirme que ya lo debíamos tener. Teníamos la Junta de Gobierno a las 09:15 y la retrasamos para comunicar públicamente la buena noticia. Por fin nos autorizaban a licitar los dos centros, asumiendo el incremento de coste, y nos ampliaba la delegación de la competencia por ese incremento.
Como digo, ya llevábamos años luchando por los centros, pero ha sido en esta legislatura desde el mes de septiembre que dijimos que esto era la prioridad. Al final hicimos lo que teníamos que hacer. Llegamos a diciembre con todos los proyectos aprobados y faltaba que Conselleria opinara. Desde el mes de febrero que nos reunimos con el Director General de Infraestructuras Educativas, Rafael Valcárcel, no hemos parado de presionar. Estoy recordando la visita del president de la Generalitat por el tema del TRAM y son cosas que hay que hacer. No va contra nadie, sino a favor de. Más tiempo no podíamos esperar y van a pasar dos años más hasta que vean la luz los dos centros.
P. Tras tanta lucha, ¿esperabais que os autorizasen a poner en marcha la licitación para ambos proyectos?
R. Hemos oído de todo. Primero que al Gargasindi le iban a dar luz verde porque era un tema más social, por el tipo de alumnado usuario, o que si desde Políticas Inclusivas se iban a hacer cargo y le iban a dar viabilidad.
A mí, personalmente, Rafael Valcárcel me dijo que apostaba por hacer los institutos. Lo que dijo este gobierno autonómico desde el minuto es que el Pla Edificant se había gestionado mal y no servía para nada. Yo no creo que sea un problema del modelo escogido para generar infraestructura educativa, sino de lo farragosa que es la gestión administrativa, la tramitación interna administrativa, de Ayuntamientos, de Consellerias, del Gobierno de la nación… La ley es igual para todos, pero lo que no puede ser es que envíes a Conselleria un documento para que lo resuelvan y que pasen meses y meses y no se atienda.
Lo digo por ambos lados. Nosotros nos podemos dilatar, pero no podemos estar luego echándonos las culpas. Ese es el problema que tiene la administración hoy en día. Tardamos tanto en sacar adelante proyectos por eso. Hay que tomárselo en serio y una vez que hemos tomado la decisión y hemos decidido cuál es el camino, pues desde el principio hasta el final con todas las consecuencias.
No sabíamos qué iba a pasar, pero cuando fuimos Mariola Mulet, concejala de Educación, y yo a visitarlo y nos vio tan agobiadas, nos dijo que vería lo que podía hacer. Yo creo que él ha tenido problemas también, porque puede tener la voluntad, pero luego tiene unos técnicos de Hacienda detrás y un personal que lo tiene que seguir. Y luego el tema económico, buscar financiación. Es muy farragoso el funcionamiento de una administración hasta que llegas al final, que es ver el edificio construido y abierto.
Nos han pedido informes de cómo teníamos contabilizada toda la tramitación del Pla Edificant de los dos centros y lo habíamos hecho tan bien y lo teníamos todo tan avanzado que creo que han visto que no había marcha atrás. Lo que tampoco esperábamos es que asumieran el extracoste. En la visita que hicimos a Rafael Valcárcel le propusimos dejarnos licitar, hacer camino y el dinero ya veríamos quién lo ponía. Pero el dinero lo tiene que asumir la Generalitat porque es su competencia y es lo que dice el Pla Edificant en este caso.
Son dos años de ejecución prevista, sin incidentes y sin contingencias extrañas. Nosotros en el presupuesto municipal ya contemplamos los doce millones setecientos del instituto y los otros cinco y pico del CPEE, porque está previsto como gasto y como ingreso, porque es un gasto subvencionado. El dinero está previsto ahí para empezar, podemos arrancar, pero necesitábamos los documentos que dieran viabilidad a la licitación.
Un compañero de la corporación dijo que el Ayuntamiento de Calp podía licitar cuando quiera, César Sánchez lo dijo en los medios de comunicación, y bien sabe que es imposible. Secretaría e Intervención no nos dejan si no tenemos el informe favorable de la Generalitat para hacerlo. Y así ha sido. Habíamos anticipado todo el trabajo, avisamos al departamento de Contratación de que esto iba a llegar y tras el pleno estamos en proceso de licitación. Por eso es todo tan rápido, porque estábamos ya preparados. Hemos delegado la competencia que tiene el Pleno para estos contratos de gran cuantía en la Junta de Gobierno para darle agilidad, ya que son semanales.
P. ¿Cuáles son los tiempos estimados de cada proceso a partir de ahora?
R. Va a la plataforma de la Unión Europea, porque los proyectos de una determinada cuantía hay que publicarlos ahí. Después habrá 30 días naturales para presentación de ofertas, que espero que tengamos suerte. Normalmente, en proyectos de esta envergadura, las empresas que se presentan son potentes y son solventes, pero espero que así sea.
Cuando se acabe el proceso, la mesa se reúne, propone adjudicatario, el mejor postor, el que cumpla y oferte alguna mejora, se adjudicará y luego, si algún licitador que no esté de acuerdo recurre, se paraliza el proceso hasta que el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales resuelva. Igual eso se puede demorar algún mes. Si no hay mucha diferencia entre las empresas puede ser más problemática la adjudicación, pero si hay mucha diferencia y está muy claro quién es el mejor postor será más fácil.
La idea es que antes de que acabe el año tengamos adjudicatario y después un periodo de ejecución de dos años, si no pasa nada. El vial está hecho y el Consejo Escolar Municipal ya ha decidido el nombre del instituto, pero no lo vamos a desvelar, que lo digan ellos.
P. ¿Se puede avanzar algún detalle o peculiaridad de los nuevos centros?
R. Es importante saber que tendremos un módulo de ciclo medio superior de Navegación y Pesca Litoral. Hay falta de relevo generacional, no hay gente joven que quiera ir al mar, tampoco hay medios ni formación. Entonces tendremos un ciclo en el segundo instituto de Calp para preparar navegación y pesca litoral, con varias titulaciones relacionadas con el mar. Es importante no solamente para jóvenes calpinos, sino para gente de otros municipios. Será en la comarca el único centro que impartirá este ciclo.
P. ¿Cómo se prevé el próximo curso académico 2024-2025 en las instalaciones provisionales en Calp?
R. Estamos ahora con cómo afrontar el inicio del curso escolar de secundaria con las aulas prefabricadas, aunque eso será para el curso que viene, y con las ocho aulas que hemos cedido a Conselleria para que los nuevos cursos de la ESO tengan sitio donde poder recibir clases.
También tenemos las aulas de la Casa de Cultura y las tiene que equipar Conselleria y el mobiliario ya ha llegado. El edificio tendrá la actividad normal, pero esas ocho aulas se bloquean para el instituto. Al mismo tiempo estamos a punto de recibir el proyecto de esa infraestructura que necesita otros 30.000 m2 que hemos cedido a Conselleria para las prefabricadas, que serán el segundo instituto y otro colegio.
Ahora estamos pendientes de que Iberdrola facilite a la empresa proyectista, que es una asistencia externa que tenemos, los datos que necesita para poder terminar el proyecto. Está prácticamente terminado, con tres millones doscientos mil euros que vamos a invertir ahí.
P. ¿Las nuevas infraestructuras serán suficientes para la educación en Calp?
R. Tenemos cuatro colegios en Calp, el Mediterrani, Oltá, Azorín y Gabriel Miró, un instituto, el colegio de educación especial que ahora está en Benissa temporalmente y ahora el quinto colegio. Porque ese colegio decían de desalojarlo y llevarlo a otro espacio, pero digo, ¿vamos a desalojar un colegio que está haciendo un papel, por pequeño que sea, que no reviste peligro estructural? ¿Y dónde metemos a esos niños? Entonces, más vale esperar a tener una nueva instalación, que pueden ser las prefabricadas, y luego a lo mejor darle salida a ese edificio construyendo otro colegio.
No paramos de crecer, pero claro, llega un momento que no podremos más. El suelo es limitado y hay que ser sostenible, no puedes recibir más gente de los servicios que puedes ofrecer. Somos un municipio de servicios, pero todo tiene un límite, que nosotros no podemos poner, no podemos dejar de escolarizar niños, porque es una obligación.
P. ¿Qué mensaje os gustaría trasladar a la comunidad educativa de Calp?
R. Creo que el mensaje que trasladaría es que nos tenemos que felicitar todos por el esfuerzo que hemos hecho. Siempre hemos dicho a la comunidad educativa: «Si vosotros no nos ayudáis a empujar, somos una administración más. A quien realmente os hacen caso es a los padres, madres y alumnos que tenéis que salir a la calle y reivindicar. Nosotros tiramos del carro y vamos con vosotros».
Ellos sabían que el Ayuntamiento estaba ahí, ayudando y empujando, y tenemos que felicitarnos todos por el objetivo que hemos conseguido después de meses, y años, pero los últimos nueve meses han sido determinantes. Decirles que estén tranquilos, que confíen en su equipo de gobierno, porque estamos pendientes de todo y seguimos pensando en las necesidades de este municipio a nivel educativo. Estamos pendientes de nuestros ciudadanos y que confíen en nosotros.