Celebramos el 8 de marzo y el movimiento feminista sale un año más a la calle defendiendo los derechos de las mujeres, reclamando que ni un paso atrás en los derechos conseguidos, que hay quien nos los quiere quitar, y exigiendo los que tenemos pendientes de alcanzar en la agenda feminista.
Conviene recordar que venimos de lejos, que tenemos una larga historia y una extensa genealogía de antepasadas que han luchado por la liberación de la mujer.
La primera celebración del Día Internacional de la Mujer data de marzo de 1911, cuando más de un millón de mujeres salieron a la calle exigiendo derechos laborales y sociales.
A pesar de los avances, nuestras vidas siguen marcadas por desigualdades, violencias machistas, las marginaciones, las precariedades laborales, los techos de cristal, el racismo, la homofobia, la falta de responsabilidad de la sociedad patriarcal en los trabajos de cuidados y en la conciliación familiar, la trata, la prostitución, la mercantilización y la “pornificación” de nuestros cuerpos. Hay países en los que las mujeres no pueden ejercer los derechos más fundamentales y básicos. Los derechos de las mujeres son parte inalienable, integrante e indivisible de los Derechos Humanos Universales.
Por eso exigimos a las administraciones públicas, a las instituciones y a toda la sociedad:
- El reconocimiento de la violencia de género y machista, y la necesidad de protección de las mujeres y de sus hijos e hijas víctimas de esa violencia.
- La protección y atención a las víctimas de violencia sexual, especialmente en los casos de abuso sexual infantil, desplegando en todo el articulado y potencial la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual.
- Un sistema judicial que no sea machista ni patriarcal, que no criminalice a las madres ni a las criaturas.
- El desarrollo del Convenio de Estambul y de la Ley Valenciana para la Igualdad de Mujeres y Hombres, así como dar cumplimiento de las recomendaciones de la CEDAW en cuanto a todo tipo de violencias machistas.
- Garantizar nuestros derechos sexuales y reproductivos; que el derecho al aborto sea libre, garantizado y reconocido como derecho sanitario, seguro, gratuito y ejercido en la sanidad pública. Derecho a la salud con perspectiva feminista.
- Una educación pública de calidad y laica, que visibilice la aportación hecha por las mujeres referentes y termine con el androcentrismo en la ciencia, las artes y la cultura. La coeducación y la educación afectiva y sexual deben ser una realidad y romper los estereotipos de género. Se promoverá la igualdad de oportunidades en las aulas, en la elección de los itinerarios académicos y en las salidas profesionales.
- Políticas públicas para detener la feminización de la pobreza. Garantizar a las mujeres una vida digna, sin brechas de género ni techos de cristal, con ocupaciones de calidad y pensiones dignas.
- Exigimos, ya, una legislación abolicionista de la prostitución, de la pornografía y de la explotación reproductiva de los vientres de alquiler. No a la mercantilización del cuerpo de la mujer.
- Es necesario abordar la transición ecológica a la que nos obliga la emergencia climática desde una perspectiva ecofeminista.
- Frente a las guerras, las invasiones y los genocidios en todo el mundo las mujeres decimos BASTA. Reclamamos la paz y la protección de mujeres y criaturas. Exigimos un alto al fuego ya en Palestina y Ucrania. NO en la guerra.
Las mujeres mostramos nuestra solidaridad y sororidad con las hermanas de todo el mundo que son agredidas o que ven cómo se recortan sus derechos, desde Argentina a Nicaragua, a Ucrania, a Palestina, Afganistán, Irán, a los Países del Sahel…
CONTRA EL CAPITALISMO PATRIARCAL, FEMINISMO ORGANIZADO Y MOVILIZADO
POR TODAS, HERMANAS NO ESTÁIS SOLAS
POR LOS DERECHOS DE LAS MUJERES, NI UN PASO ATRÁS
VIVA, VIVA, VIVA LA LUCHA FEMINISTA