Un grafiti para muchos todavía hoy sigue siendo ‘algo ilegal’, cosa de gamberros, de chavales con capucha, de pandilleros y noches de vandalismo. Quizás porque lo ha sido en muchos casos o quizás también por la propia naturaleza del grafiti, un movimiento artístico pionero en los años 70 en las calles del Bronx, que unido al hip-hop, actuaba como forma de protesta de la población negra empobrecida y olvidada en una sociedad capitalista.
Pero, al igual que en las calles del barrio neoyorquino, lo que hoy se puede ver en las de Ondara, Benigembla, Dénia, La Xara o Jesús Pobre son obras de arte. En efecto, hablamos de grafitis, de arte urbano, de llenar de color y mensajes sociales las calles. En este caso, es obra de Tardor, un artista del grafiti nacido en La Xara que deja alucinado a cualquier viandante.
«Pintar en la calle es como pintar en un museo con las puertas abiertas»
Tardor empezó con 15 años a dibujar algunos bocetos y cuando reunió un poco de dinero para comprar sprays, se echó a la calle. “Pintar en la calle es como pintar en un museo con las puertas abiertas y me gusta esa sensación de jugar con los edificios, pensar el diseño y la historia idónea para cada lugar”.
La vida del artista no suele ser fácil, sobre todo vivir de ello. Peor si tu trabajo no está tan bien visto por la sociedad porque se sale de los cánones preestablecidos y te ponen más de una traba. “No ha sido un camino sencillo pero a día de hoy puedo decir que vivo del arte. Desde muy joven tengo encargos del mundo del muralismo y con ello han venido proyectos grandes”. Tardor ha tenido suerte, pero también arte.
Mural de Dresde: Arte y valor
Arte y valor fue el que tuvo para visibilizar el creciente movimiento fascista en Dresde (Alemania) a través de un mural en efecto 3D. Durante el proceso sintió la incomodidad de los vecinos mientras pintaba. Eso es lo que te tiene el arte callejero, que estás expuesto en todo momento a la crítica, buena (y también mala).
Sin salir de la comarca también encontramos obras excepcionales como los murales realizados en el cauce del río Alberca, ‘Ahogar las penas’ y ‘Atrapada en el tiempo’. Aunque Tardor nos cuenta que si hay un mural que le marcó personalmente fue un autorretrato que pintó hace unos 3 años. “No es una de mis mejores obras, he mejorado la técnica pero marcó el inicio de muchas obras posteriores, cambié el modo de ver lo que hacía y busqué transmitir algo más”.
Además, también recuerda con especial cariño el primer mural de grandes dimensiones al que se enfrentó y fue en Jesús Pobre. 28 metros de largo por 6 metros de alto en 7 días. Lo tituló ‘El feminisme és la clau’, queriendo narrar la lacra del patriarcado en nuestra sociedad y representando con la llave que esta problemática se puede vencer con educación y lucha feminista.
«Los grafitis pretenden reconquistar la imagen de la ciudad»
Para un artista de calle imaginamos que el confinamiento no fue fácil. “Intenté tomármelo con paciencia y me centré en hacer pintura digital que es una vertiente que me gusta mucho”, pero reconoce que no le acabó de funcionar porque “me costaba sacar ideas viviendo todos los días las mismas rutinas”.
Ahora, con la situación pandémica más estabilizada, Tardor ‘vuelve a la calle’ y ya tiene varios encargos y proyectos en la comarca que todavía no nos puede contar pero que estamos seguros que seguirán llenando de vida las calles de la Marina Alta. Además, también venden desde su tienda online camisetas, prints y cuadros.
Para él, el grafiti “no pretende vender nada, tan solo quiere reconquistar la imagen de la ciudad en la que el ciudadano de a pie parece no tener ni voz ni voto”.
Recorrido por los grafitis de Tardor
Tardor habla sin necesidad de decir ni una sola palabra. Así es el mundo del grafiti, expresar realidades sociales que funcionan como auténticas ‘bofetadas’ a la sociedad con sprays, con imágenes, con metáforas… Con arte. «Me gusta que mis obras cuenten una historia o que transmitan alguna cosa, aunque no tiene por qué ser interpretada del mismo modo por todos los espectadores, creo que esa es la gracia también, que cada uno pueda darle un sentido según sus vivencias».
Ondara, La Xara, Dénia… Os dejamos un recorrido por sus obras más conocidas y espectaculares.