Ayer se cumplió una semana del fatídico 29 de octubre, cuando tras horas y horas de lluvias torrenciales se desbordaron el río Magre y el barranco del Poio en la provincia de València. Desde la Plana d’Utiel-Requena hasta el área metropolitana de València, un tinte de barro, escombros y basura sigue extendido por unos 70 municipios. Se mantiene la búsqueda de 89 personas desaparecidas, después de contabilizar de 211 víctimas mortales, según las cifras provisionales oficiales.
Es imposible prever cuánto durará la desolación vivida en las comarcas vecinas. En la Marina Alta, oleadas de solidaridad parten hacia los pueblos afectados desde que empezaron a organizarse campañas para recaudar alimentos, ropa, productos de necesidad y material para la limpieza a fondo de las localidades arrasadas, así como incontables voluntarios que no han dudado en personarse allí.
El reflejo de la catastrófica DANA está presente también en la comarca, donde han llegado restos de la devastación hasta la costa. El pasado fin de semana la basura arrastrada por la fuerza del mar se agolpaba en puntos como la Marineta Cassiana, Les Rotes o les Deveses de Dénia. Poco a poco se van limpiando las playas de cañas, madera y objetos donde todavía queda patente el horror.