Las voces de la pandemia en la Marina Alta cinco años después: recuerdos, cambios y las huellas que dejó la COVID-19 Las voces de la pandemia en la Marina Alta cinco años después: recuerdos, cambios y las huellas que dejó la COVID-19
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Las voces de la pandemia en la Marina Alta cinco años después: recuerdos, cambios y las huellas que dejó la COVID-19

15 de marzo de 2025 - 01:35

Han pasado cinco años desde que el 14 de marzo de 2020 se decretó el estado de alarma en España debido a la pandemia por la COVID-19. Esos primeros días del confinamiento marcaron un antes y un después en la vida de las personas. Parecía que el mundo se había paralizado. La sociedad debía adaptarse, a la fuerza, a una nueva realidad llena de incertidumbre y restricciones.

El confinamiento, que duró 100 días, fue una experiencia desafiante para muchos. La sensación de estar aislados, las dificultades emocionales y psicológicas, y la adaptación al teletrabajo o a la educación en línea marcaron a millones de personas.

Las calles estaban vacías, pero cada tarde se llenaban, por unos minutos, de aplausos en motivo de agradecimientos a todos aquellos que se exponían y se enfrentaban al virus.

Fue un período en el que muchas personas mostraron una resiliencia impresionante, encontrando formas de mantener la conexión a través de videollamadas, redes sociales, y actividades caseras. Y de hecho, muchas de estas iniciativas, que facilitaron la labor en aquellos días, vinieron para quedarse.

Con la llegada de la desescalada, se dejó ver de nuevo la esperanza. Aunque las restricciones comenzaron a aliviarse, el miedo a la propagación del virus seguía presente, por lo que había que aprender a convivir con nuevas normas y hábitos, como el uso de mascarilla y la distancia social.

En la actualidad, prácticamente se ha vuelto a la ‘normalidad’. La mascarilla, aquel accesorio casi desconocido, que veíamos como de uso solo sanitario, sigue estando presente en nuestras vidas. De hecho, en mayor o menor medida, ya es un producto habitual. Ante cualquier contagio grave, aparece la mascarilla. Y es que, aunque los datos ya no son relevantes, siguen habiendo casos de COVID, y olas de contagios en algunas épocas del año, pero esa pandemia ya forma parte de nuestra vida.

Pero, ¿Cómo han sido estos cinco años?, ¿Cómo ha evolucionado la pandemia? ¿Y cómo ha actuado y se ha adaptado la sociedad tras este duro episodio? Hablamos con las voces más representativas de cada sector de la comarca de la Marina Alta.

En el ámbito sanitario

Las vacunas llegaron como un alivio a la situación que vivíamos. Desde el Departamento de Salud de Dénia, el doctor y jefe del Servicio de Medicina Preventiva, Antonio Valdivia, destaca que la vacunación fue clave para disminuir los ingresos por COVID-19, «al principio de la pandemia, los centros sanitarios enfrentaron una situación inesperada y difícil de controlar. Con la llegada de los equipos de protección y la vacunación, la situación mejoró, reduciendo el riesgo para los profesionales». Y es que, todos los profesionales de Medicina y sanitarios, fueran de la especialidad que fueran, realizaron un trabajo incansable por tal de salvar vidas y frenar el desconocido virus que nos atacaba.

Valdivia añade que la pandemia «impulsó la implementación de cambios duraderos, como el uso constante de mascarillas y la adquisición de una máquina PCR, que permitió montar un laboratorio propio para realizar pruebas rápidamente. Estos avances, junto con los tratamientos eficaces contra el COVID-19, transformaron el panorama hospitalario».

El facultativo del Hospital de Dénia reseña que en «actualmente, la situación es muy positiva, con pocos contagios y casos extremadamente bajos. Desde el verano de 2024, no se han registrado picos importantes y los hospitales apenas tienen casos de COVID-19. La incidencia de casos está por debajo de 5 en poblaciones de 100.000 habitantes».

La gestión de los municipios

Otro punto destacado dentro de la pandemia fue la labor realizada desde los propios Ayuntamientos. Días antes de que el Gobierno Central decretase el estado de alarma, los Ayuntamientos de la Marina Alta ya permanecían en alerta. Las noticias sobre aquel virus eran cada vez más frecuentes y hacía falta no perder ni un detalle de la situación para poder transmitirlo a la población de la forma más directa.

«Intentamos estar a la altura de unas circunstancias a las cuales nos enfrentábamos por primera vez y que generaban incertidumbre y ansiedad a todos», recuerda Arturo Poquet, alcalde de Benissa. En la localidad, estos cinco años de convivencia con la COVID han supuesto «un proceso de cambios graduales y complicados», asegura. El teletrabajo, las reuniones telemáticas y la adaptación a las nuevas tecnologías son cambios que se han adaptado desde muchos ámbitos laborales y que no dejaron indiferentes a los ayuntamientos de la comarca.

Poquet destaca el «papel del profesorado de nuestros centros educativos para preparar proyectos adaptados a las circunstancias, para que los niños pudiesen continuar con sus estudios desde sus casas». Los dirigentes municipales no olvidan toda la labor de los Centros de Salud y los sanitarios, las residencias, colectivos municipales como la Policía Local, Protección Civil y los miles y miles de voluntarios que ayudaron a atender a los más vulnerables. «Todo el pueblo mostró su lado más solidario».

Desde luego, el papel en los consistorios no fue fácil. «Era un, dos o tres decretos todos los días, con medidas muy confusas, como el desplazamiento en coche», rememora la alcaldesa de Calp, Ana Sala. La dirigente calpina no olvida la incertidumbre de aquel domingo 15 de marzo, el primer día tras el confinamiento, cuando la secretaria municipal y los técnicos superiores municipales la asesoraron sobre qué hacer el primer lunes de trabajo que se acercaba.

«A veces me cuesta recordar, porque ya han pasado 5 años, pero me gustaría trasladar que ante una situación como esa, hay que ser fuerte, no tener miedo. No lo tuvimos a la hora de tomar las decisiones que tuvimos que tomar», remarca Sala.

Desde las ayudas y subvenciones que muchos municipios tuvieron que poner en marcha, hasta la coordinación del despliegue de la ayuda sanitaria y el voluntariado. La gestión fue clave, sobre todo, en la relación directa que alcaldes y concejales comarcales establecieron con la población. «Desde aquí, me gustaría recordar también a las víctimas y a las personas que han quedado con secuelas, algunas mentales y otras físicas», concluye la alcaldesa de Calp.

La solidaridad de la pandemia

Pero la pandemia también desveló nuevas formas de solidaridad. A pesar de las restricciones, miles de personas se unieron en iniciativas para ayudar a los más vulnerables. Y es que, las experiencias vividas durante el confinamiento son recuerdos que dejaron huella en cada una de las personas, y más si se perdieron familiares a causa de este virus; pero también dejaron lecciones sobre la importancia de la salud, la solidaridad y la capacidad de adaptación, la resiliencia.

Asociaciones y ayuda humanitaria

El apoyo de los voluntarios fue, sin lugar a duda, crucial. En los momentos más duros para la sociedad, entonces con la pandemia, ahora tras la catastrófica DANA, la red humanitaria que se forma de manera inmediata es abrumadora. Entidades como Cruz Roja, Cáritas o las diversas asociaciones locales se volcaron desde el primer minuto de crisis, aunque la incertidumbre acechaba desde cada ámbito. «Nos vimos desbordados, además de todo el desconocimiento que había, como con las medidas de seguridad o el tener que convivir con el miedo de hasta andar por la calle. Fue duro por no tener un patrón previo de trabajo», relata Francisco Molines Baldó, presidente de Cruz Roja Calp.

En este caso, Cruz Roja recibía las indicaciones desde la Asamblea Provincial de Alicante, quien «nos transmitía cómo debíamos gestionar todas nuestras labores y las ayudas que se recibían». Las tareas se multiplicaron de la noche al día, «en Calp pasamos de tener unos 230 usuarios, a alcanzar unos 1.200, y de hacer un reparto mensual de alimentos, a ocho», asegura Molines.

En la villa del Peñón, el Rotary Club y otras asociaciones colaboraron con Cruz Roja y Cáritas a través de cheques para la compra. «Hacíamos acompañamientos a las personas y llevábamos también los medicamentos, sobre todo, a las casas de los más mayores, para que no se expusieran. No quedó otra que remar todos juntos, desde los particulares, a las empresas, asociaciones y ayuntamientos».

La desescalada desde Cruz Roja se notó mucho. Con la vuelta a los trabajos y a la vida diaria, aunque conviviendo con el virus, las personas pudieron poco a poco afrontar la situación y prescindir progresivamente de los servicios.

En el sector educativo

El sector educativo ha experimentado cambios significativos, tanto en la educación pública como en la privada. Sin embargo, lo más destacado es que los cambios han servido para integrarse de manera permanente en la dinámica escolar: el sistema educativo ha sabido adaptarse a los nuevos desafíos y el uso de la tecnología se ha consolidado.

La presidenta de la Asociación de directores de la Comunitat Valenciana y directora del CEIP Port de Xàbia, Isabel Moreno, ha manifestado que la pandemia aceleró «la digitalización tanto en los centros educativos como en las familias. Inicialmente, fue necesario dotar de material a ambos para poder trabajar a distancia». Sin embargo, esta transformación se ha mantenido, ya que las relaciones familiares y escolares ahora se gestionan digitalmente, eliminando por ejemplo, las notas en papel.

En cuanto a la metodología, la conselleria proporcionó más recursos humanos, incrementando el número de profesores y reduciendo las ratios para cumplir con la distancia social. «Esta medida permitió la implementación de métodos como la codocencia y el multinivel. Aunque el número de profesores ha vuelto a cifras anteriores, los centros se han reorganizado y continúan innovando en la gestión y metodologías educativas, lo que ha sido positivo para orientar la enseñanza hacia el futuro», matiza Moreno.

En cambio, en colegios privados, la puesta en marcha de la clases a distancia fue algo más rápida. Según la Jefa de Estudios de l’ESO Alfa & Omega, Maria Eugenia Utor, «los centros educativos que ya contaban con una infraestructura digital antes de la pandemia fueron capaces de adaptarse rápidamente al modelo de enseñanza online. Esta capacidad permitió que las clases virtuales se implementaran de manera fluida desde el primer día de confinamiento, manteniendo el horario escolar habitual y la interacción directa con los estudiantes».

De hecho, la profesora del colegio Alfa & Omega destaca que «la digitalización fue un proceso previo a la pandemia, lo que facilitó una transición más rápida y efectiva hacia el aprendizaje a distancia. Este enfoque ha continuado incluso después de la vuelta a la presencialidad, con muchas instituciones manteniendo herramientas digitales para complementar la enseñanza tradicional».

En cuanto a los posibles contagios de COVID en la actualidad, Utor señala que «la situación ha cambiado significativamente. Aunque los protocolos en su momento fueron estrictos, actualmente el COVID se percibe como una enfermedad más, ya no existe un miedo generalizado al virus, y las medidas preventivas son más relajadas».

En el sector empresarial

Para las empresas y hostelería, aquellos meses fueron devastadores para el sector económico. Miles de autónomos tuvieron que cerrar las puertas de su negocio, lo que conllevó un aumento de la tasa de desempleo. Desde l’Observatori Marina Alta, analizan el impacto de la COVID-19 en la Marina Alta como un suceso muy significativo, «especialmente en sectores clave como la hostelería, el comercio y el turismo, que se vieron gravemente afectados. La comarca tiene una gran cantidad de microempresas, lo que amplificó los efectos negativos».

La comarca se preparaba para la temporada fuerte, después de las Fallas esperaba la Semana Santa como pistoletazo de salida para el verano. Fue un duro golpe, pues las neveras y despensas de los bares, restaurantes y hoteles estaban a rebosar, pero «como sabéis, todo se fue complicando. A nivel hostelero nos sirvió para unirnos», asegura Remedios Cerdá, Secretaria General de la Asociación Empresarios de Hostelería y Turismo Marina Alta (Aehtma).

Pese a ser uno de los sectores más afectados en la comarca, la hostelería «estuvo desde el primer momento a disposición para dar todos los alimentos que tenían guardados. Primero lo repartieron entre sus trabajadores y después los donaron a las ONG. Nos volcamos con ellas». Cerdá atestigua que «como industria de la felicidad nos quedamos con la parte buena. Supimos salir de esa crisis tan dura y, como dice nuestro eslogan, juntos somos más fuertes».

Ha sido a través del ocio donde muchas de las costumbres llegaron para quedarse. «Ahora la gente admite los desayunos con reserva de horario, los empresarios han entendido que hay que seguir unos protocolos de bienvenida o de separación en mesas. Y también las costumbres de la gente han cambiado, ahora se sale más a comer y menos a cenar, o sale más pronto a cenar», señala la Secretaria de Aehtma.

Los taxis

Quique Arbona, vicepresidente de la Asociación de Taxis de Dénia, hace un balance positivo del regreso a la normalidad tras la pandemia, pese a que al principio existía incertidumbre sobre cómo afectaría la crisis sanitaria al sector, «teníamos miedo de que no fuera como antes del Covid, pero para nuestra sorpresa, hemos vuelto a trabajar igual o mejor que antes».

Sin embargo, la situación durante la pandemia «fue una auténtica ruina», reconoce el vicepresidente, quien añade que «el tráfico de pasajeros fue extremadamente bajo, en algunos casos, solo se hacían uno o dos viajes al día». Y es que, en este periodo, especialmente el turismo, principal fuente de ingresos para muchos taxistas, cayó drásticamente; «el turismo representó solo un 1% de lo habitual. La presencia de turistas extranjeros era mínima, y prácticamente todo era turismo nacional, que al final es el que sigue siendo constante y un pilar fijo para el sector».

En cultura, fiestas y grandes eventos

Si nos centramos en fiestas y actos sociales, las calles han recuperado su bullicio, la música, la alegría y los abrazos. Echamos la vista atrás, a aquel mes de marzo de 2020, cuando las Fallas se suspendían. Dénia decía adiós a una de sus mayores fiestas. Safir Malonda, Fallera Major de Dénia 2019-2022 recuerda aquel momento como una experiencia impactante y difícil de creer, «inicialmente no pensábamos que la pandemia llegaría a afectarnos de manera tan directa, estábamos haciendo una vida normal, celebrando los primeros actos de fiestas. Nadie esperaba que las Fallas, que solo faltaban dos días para celebrarse, se fueran a cancelar».

Safir recuerda con tristeza el momento en que se reunieron con el alcalde, Vicent Grimalt y se comunicó la cancelación de las Fallas. Pese aquella dura decisión, Safir manifiesta que con el tiempo se reconoció que «la decisión tomada había sido correcta, especialmente al ver que la cancelación ayudó a prevenir un mayor contagio».

Posteriormente vino la desescalada y con ella, la recuperación de la cultura. Llegaron los aforos limitados, los actos al aire libre, el uso de la mascarilla y la distancia social. Volvíamos a disfrutar de música, teatros, pero un formato distinto al habitual. De hecho, con la situación más normalizada se recuperaron las tan deseadas fiestas en cada municipio, aunque fuera a menor escala y manteniendo las medidas higiénico-sanitarias estipuladas.

La recuperación de empleo

Ahora a cinco años de la pandemia, «el mercado laboral de la comarca se ha recuperado significativamente de la destrucción de empleo y los cierres de empresas, pasando de las 10.836 personas desempleadas en la Marina Alta a finales de 2019 -antes del COVID- a 8.352 a finales de 2024», manifiestan desde l’Observatori. Pero a estas cifras hay que tener en cuenta que en febrero de 2021, un año después del confinamiento, el número de desempleados era de 14.822 desempleados. Asimismo, la tasa de paro, que estaba en un 16,8% a finales de 2019, subió al 21,5% durante la crisis, pero en diciembre de 2024 se situó en un 12%, mejorando notablemente en comparación con la media autonómica.

En cuanto a la afiliación a la Seguridad Social, la cifra fue relativamente estable durante la pandemia, con una leve disminución de un 3,3% en el peor momento de la crisis. En cuanto a la contratación, ésta también ha sido afectada por la reforma laboral de 2022, que redujo significativamente los contratos temporales y aumentó los indefinidos.

En resumen, los indicadores del mercado laboral han mejorado de manera constante desde el fin de la pandemia, alcanzando, en algunos casos, los mejores niveles históricos de los últimos 10 a 20 años.

Y tú, ¿cómo has vivido estos cinco años? ¿Crees que la pandemia dejó algún cambio importante en tu vida?

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  1. Plandemio dice:

    Confinamientos declarados ilegales a posteriori, policia excediendose en sus funciones pasando a ser los directos represores del peor regimen dictatorial inmaginable, cajeras de supermercado creyendose autoridades para acosar por no ponerse un estupido trapo en la boca, pero lo peor de todo fue la inmensa mayoria tragandose el mayor timo de la historia, del cual los más directos responsables no tienen a dia de hoy problema alguno en reconocer que todo fue falso.

    Dificil de olvidar, de quienes estamos rodeados.


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