Con tan solo 13 años, Aitana Soler Blanquer ya ha estado rozando con sus botas algunos de los céspedes más prestigiosos de España. Si le preguntas a ella, su sueño es ser futbolista profesional, y para ello trabaja duro cada día desde que arrancó en el mundo del fútbol hace tres temporadas.
De raíces dianenses y moraireras, Aitana cursa segundo de la ESO en el Instituto de Educación Secundaria Josep Iborra de Benissa, pero empezó su carrera futbolística en el equipo Alevín del Dénia Club de Fútbol. ¿Su clara inspiración? Una familia muy futbolera, confiesa su padre, Rafa Soler. «Viendo a su hermano desde pequeña le apasionó el deporte y desde entonces no ha parado de jugar».
El sueño de Aitana comenzó a gestarse desde el hogar. Viendo una motivación latente por la disciplina en ambos hermanos, en casa desarrollan sus habilidades con una pequeña instalación futbolística. Allí, «los dos aprenden el uno del otro y disfrutan de su pasión juntos». Además, los hermanos comparten actualmente club, el Benidorm.
Fue en segundo de infantil que la fichó el C.F. Benidorm, aunque no para jugar en esta categoría. Esta temporada lo ha hecho en el juvenil, demostrando el nivel que alcanza en el renombrado deporte. Y fue con este equipo que, ojeadores del Atlético de Madrid, fijaron sus miradas en ella para invitarla en mayo a dos entrenamientos en el Centro Deportivo Wanda Alcalá de Henares.
Aunque no entrenó solo con esta institución. También lo ha hecho ya con el Madrid FF, con la Federación Valenciana de Fútbol Femenino y hace dos semanas con el Valencia C.F. Femenino. «Es una forma de hacerle un seguimiento, observar cómo se desenvuelve en el campo, si tiene técnica y ver si tiene futuro con ellos». Pero su padre es realista, es muy pequeña todavía y no se puede desplazar sola a las grandes capitales.
«Sentimos una alegría inmensa con el interés que mostraron los clubs más punteros de la Primera División, pero nosotros le intentamos poner los pies en la tierra», asegura su progenitor. «Queremos que sea feliz, pero ante todo están los estudios y la familia». Es un mundo de alto sacrificio y trabajo «por mucha calidad que tengas». Sin embargo, «con constancia y humildad» sus padres siempre la seguirán en su camino.
Continuar disfrutando del deporte es su meta más inmediata, «es una niña muy madura y todo lo que le decimos lo entiende perfectamente». Pero con sus habilidades y una fuerte pasión por el fútbol corriendo por sus venas, Aitana Soler Blanquer no puede evitar dejar de mirar a un futuro futbolístico. Como tampoco dejará de luchar por su sueño y, de eso, estamos más que seguros.