El panorama musical en valencià en la Marina Alta está experimentando una transformación, con nuevas propuestas y géneros que van más allá de la música reivindicativa que tradicionalmente ha caracterizado la comarca. Joan Sánchez, desde su mirada crítica como periodista musical, destaca el renacer cultural de la Marina Alta y plantea interrogantes sobre su evolución y futuro.
La evolución de la música en la Marina Alta
«La Marina Alta abarca mucho del panorama musical valencià», comenta Joan con firmeza. Y es que, aunque a menudo se asocia esta comarca con géneros musicales muy específicos, como la música reivindicativa, Joan considera que la escena local está evolucionando hacia nuevos horizontes. «Estamos pasando de la música reivindicativa, como la de La Gossa Sorda, a otros géneros como el pop con artistas como Sandra Monfort o Abril», explica.
Este cambio refleja un fenómeno común en muchas partes del país: los nuevos artistas buscan ampliar sus horizontes y romper las barreras locales, apostando por un sonido más moderno y diversificado, y llevando el valencià a otros contextos más globalizados. Joan subraya que este «despertar» es una señal positiva, pero también plantea ciertos interrogantes sobre la preservación de la esencia de la música en valencià.
El reto de la música reivindicativa
Aunque Joan valora el crecimiento de géneros como el pop o la música urbana, no duda en señalar que la música reivindicativa sigue siendo un pilar esencial de la música en valencià. A su juicio, la escena está perdiendo un tanto esa dimensión política y social que tanto caracterizó a generaciones anteriores. «Lo que me preocupa es que si dejamos de lado la música reivindicativa, el valencià podría quedar relegado a un plano mucho más superficial», advierte.
Sin embargo, Joan también es consciente de que la música está en constante evolución, y que las nuevas generaciones tienen otras formas de expresar sus inquietudes. La clave, según él, está en encontrar un equilibrio: «Creo que la música reivindicativa sigue siendo necesaria, pero también hay que apostar por otros géneros. La variedad de propuestas es lo que hará que el valencià siga siendo una lengua viva dentro de la música».
También, menciona a Pep de la Tona como un claro ejemplo de artista que está ocupando un espacio que empieza a faltar en la escena musical, y aunque muchos lo adoran, también recibe críticas por alejarse del estilo de su anterior grupo: La Gossa Sorda.
El papel clave de las mujeres en el renacer musical
Joan también señala el papel clave que están teniendo las mujeres en este renacer musical, destacando cómo artistas como Sandra Monfort o Abril están marcando la diferencia no solo desde lo musical, sino también en la puesta en escena, el vestuario y la estética de sus propuestas. «Las mujeres se lo están currando mucho más, en todos los sentidos», apunta, remarcando cómo estas artistas están elevando el nivel de profesionalización y aportando una frescura necesaria a la escena valenciana.
El auge de los festivales y la sostenibilidad económica
Un aspecto clave que Joan destaca en la situación actual es el auge de festivales y conciertos dedicados al valencià. «Estamos en un periodo de crecimiento muy guay», afirma con optimismo. La creación de espacios para la música en valencià, impulsados por promotores que antes no apostaban por este tipo de propuestas, ha permitido que artistas emergentes puedan mostrar su trabajo y conectar con un público más amplio.
No obstante, Joan también es realista y pone en evidencia un tema que, a menudo, se pasa por alto: la sostenibilidad económica de la música. En una sociedad capitalista, los artistas necesitan un retorno económico para poder seguir trabajando y viviendo de su arte. «La música es una industria, y al final, si no hay un rédito económico, no se puede seguir trabajando en ella», reflexiona. La creación de música no solo implica escribir canciones o grabar discos, sino también organizar conciertos, giras y festivales, lo que requiere un esfuerzo considerable en términos de tiempo y recursos.
La industria musical y el valor del valencià
Joan reconoce que, aunque muchos artistas crean por amor al arte, la realidad es que la industria musical es un negocio, y por lo tanto, los artistas deben encontrar formas de financiar su trabajo. «El problema es que mucha gente espera que los músicos trabajen solo por amor a la música, pero vivimos en un sistema que exige un rendimiento económico», explica.
En la Marina Alta, el panorama musical está en constante transformación. Y gracias a la visión crítica y comprometida de jóvenes como Joan Sánchez, la música valenciana sigue evolucionando y, sobre todo, sigue siendo una voz viva y necesaria en la sociedad.