Concluyen las obras de reparación de canales y compuertas en el Parc Natural de la Marjal de Pego-Oliva. La Fundación Global Nature ha estado trabajando, junto con las autoridades competentes, en la restauración de infraestructuras hidráulicas (canales, acequias y compuertas) en marjales valencianas con la ayuda concedida por la II Convocatoria Medioambiental de Fundación Bancaja y CaixaBank para el proyecto de ‘Restauración y monitoreo de fauna en humedales costeros mediterráneos’.
Entre las acciones llevadas a cabo, se ha actuado sobre la compuerta de El Barranquet, ubicada en la parte más baja de la Zona de Especial Protección del Parc Natural de la Marjal de Pego-Oliva que conecta ésta con el río Molinell cerca de su desembocadura en el mar.
Ahora, con la compuerta de nuevo en funcionamiento, se puede regular la salida del agua de la zona de mayor interés natural de la Marjal de Pego-Oliva, favoreciendo el desagüe cuando el exceso de precipitaciones así lo aconseje, o reteniéndola en momentos de sequía o en época de cría de aves acuáticas para minimizar las oscilaciones de nivel de agua. En el caso de los marjales valencianos, cumple una función adicional esencial en momentos de temporales de Levante, en los que el nivel del mar se sitúa por encima del Marjal. En estos casos se cierra la compuerta e impide la entrada de agua salada en el Marjal.
Las marjales valencianas: un gran valor biológico
En total se han limpiado más de tres kilómetros y medio de canales y abierto cuatro hectáreas en medio del carrizal para favorecer y diversificar el hábitat. Las obras se han realizado en el Parque Natural de la Marjal de Pego-Oliva, en la Marjal dels Moros y en el Parque Natural Prat de Cabanes-Torreblanca. Desde Fundación Global Nature se ha reparado y acondicionado diferentes compuertas y canales en estos cuatro marjales valencianos que aseguren el buen estado de conservación de estos espacios y que a su vez atraigan a más aves acuáticas.
El litoral valenciano se caracteriza por un mosaico de humedales costeros donde el agua dulce y salada se mezclan, creando áreas de gran valor biológico, económico y social. Las acequias y canales son las arterias por donde se reparte el agua a las marjales. En el siglo pasado muchas de estas zonas húmedas estaban cultivadas y las acequias cumplían una importante función de distribución del agua entre los cultivos. Una vez dejan de utilizarse con ese fin, las infraestructuras quedan abandonadas, con importantes consecuencias no solo para la biodiversidad, también para los propios vecinos de la marjal que pueden ver inundados sus núcleos urbanos por el desbordamiento de estos canales cada vez más colmatados de sedimentos.
Con la desaparición de usos sostenibles en los humedales, como la ganadería o el aprovechamiento de la vegetación como eneas y carrizo, esta zona húmeda se va transformado poco a poco en un monocultivo de carrizo que ocupa toda la superficie de la que disponga, cerrando la lámina de agua y disminuyendo la biodiversidad, pues cada vez menos especies pueden ocupar este hábitat.