Hace mucho, mucho tiempo, la Marina Alta fue una tierra habitada por seres inquietantes, capaces de quitar el sueño a niños y mayores en las peores noches del año. Monstruos, entes y criaturas mágicas, enigmáticas y algunas más tenebrosas. Estos seres, que inspiraron leyendas y cuentos populares, persisten en la memoria de aquellos que se atreven a recordarlos.
Muchos de ellos son compartidos por todo el territorio valenciano, y así forman parte de nuestro imaginario popular, uno compartido y que nos une más allá de comarcas y provincias. La Quarantamaula, l'Home del Sac o la Reina Mora son algunos de estos misteriosos seres que viven en los relatos y que se recuperan en días cercanos a Tots Sants.
Bastante curiosa es la historia de una de las criaturas mencionadas. La Reina Mora, presente en muchas leyendas, hace referencia a unos seres en concreto. Son les encantades, criaturas que adoptan el cuerpo de una mujer y representan la belleza rodeada de magia divina, aquella que causa fascinación a cualquiera que la admire.
Estas encantades siempre van ligadas a lugares específicos donde encontrarlas, como cuevas, montañas y bosques, pero sobre todo en sitios relacionados con el agua. El mar, un río o un barranco son sus escondites preferidos. Por ello, también se las conoce como dones d'aigua.
La Reina Mora en la Marina Alta
Es posible que la Reina Mora habitase en la comarca en tiempos remotos. La evidencia de esta afirmación la encontramos en diversos puntos de la geografía de la Marina Alta.
En Calp se encuentran los baños de la Reina, un yacimiento arqueológico de la época romana que tiene su continuidad dentro del mar. Los viveros de peces conforman unas piscinas talladas en piedra tosca que todavía hoy se pueden observar. Según cuenta la leyenda, estos baños habrían sido construidos por el antiguo señor del pueblo para su amada Reina Mora. Por ello, popularmente se los conoce como baños de la Reina Mora.
Esta mujer bajaba cada noche desde lo alto de la Casa Nova hasta sus piscinas a bañarse a través de un túnel que conectaba ambos puntos. Se dice que con la conquista cristiana, la reina mora prefirió adentrarse en el mar y alejarse de la villa antes que ser prisionera de los ocupantes.
El Clot de la Reina en Xàbia es otro indicio de su presencia en la comarca. El yacimiento de la punta del Arenal xabienc, de la misma época que el anterior, es una balsa que formaba parte de una factoría de elaboración de salazones de pescado. Más allá de las evidencias, la tradición afirma que es en ese bello lugar donde se aparece una mujer encantada, la Reina Mora.
Viajando a Moraira, encontramos de nuevo un Clot de la Reina. Este fue una cantera de extracción de piedra, que por su función presenta numerosas marcas y se inunda por el agua del mar generando unos hoyos. Es ahí donde la mora Ira se bañaba empapándose de la sal del mediterráneo bajo las estrellas. Sería el nombre de esta encantada el que podría dar explicación a la nomenclatura de Moraira.
Pero la figura de la Reina Mora en Teulada se recuerda también en otro paraje. En la cala de l'Andragó se dice que una encantada se bañaba entre sus aguas en las preciosas noches de luna llena. Para hacerlo se desprendía de su ropa, y se adentraba en el mar con una bella pinza en la cabeza. Su historia cuenta que si alguien al verla le roba alguna de sus ropas o el propio abalorio de su pelo, será poseedor de la llave para hallar el tesoro que esconde el cap d'Or.
Cuando un muchacho encontró a la Reina Mora
Pasan los siglos, pero el misterio de la encantada perdura. Hasta que el verano de 1897 emerge de la tierra una figura. El rostro de una dama apareció mientras un muchacho ayudaba a sus mayores a trabajar el campo en l'Alcúdia d'Elx. Un hallazgo sorprendente para la gente del pueblo que al admirarla no dudó que de ella se trataba, de la Reina Mora.
Fue expuesta en un céntrico balcón de la ciudad para que todos pudiesen verla, reconocerla, poniendo cara a la encantada de nuestros cuentos y leyendas, de nuestra tradición. Por fin la enigmática y hermosa mujer se dejó alcanzar por los mortales, sus más allegados, sus vecinos. Más tarde, el rostro de nuestra Reina Mora fue trasladado a París, donde se la bautizó tal como la conocemos ahora. Ella es la Dama d'Elx.
La Dama de Elche es íbera. De los Iberos.
Buenos días, el artículo no habla de la Dama de Elche, habla de una Reina que estuvo aquí y, posteriormente, se halló en Elche. Con todo mi respeto.
Disculpe, me he confundido, retiro lo dicho
Gracias por la disculpa.