Todos los municipios de la Marina Alta, menos uno, registran más muertes que nacimientos
Con 186.327 personas registradas en el censo de 2022, en la Marina Alta se contabilizaron más muertes que nacimientos, dejando una tasa de crecimiento natural en negativo, del -3,92‰. De este modo, mientras 1.157 bebés nacieron en la comarca, el número de decesos fue de 1.887 personas, lo que se tradujo en un saldo vegetativo de -730 personas.
Así lo reflejan los últimos datos del crecimiento vegetativo en la comarca recabados por el Observatori Marina Alta a partir de las últimas cifras publicadas por el Instituto Nacional de Estadística en el citado año. Según afirma el organismo, la tasa natural de crecimiento en la Marina Alta está por debajo de la de toda la Comunitat Valenciana en su conjunto, que es del -2,79‰. Y también queda por debajo de la registrada en la provincia alicantina, del -2,5‰. Esto se refiere al aumento o disminución de la población en un año por un superávit o déficit de nacimientos en comparación con las muertes,
Por municipios, la población que registró más decesos que nacimientos en la comarca fue la Vall d'Ebo, con el menor saldo vegetativo registrado del -31,8‰. Allí, la tasa de natalidad es realmente baja, del 4,55%, mientras que la de mortalidad alcanza el 36,36%. En el lado opuesto, el pueblo con mayor tasa de crecimiento fue Senija, con un +3,2‰. Esta población, en contraposición, registra un 12,88% de tasa de natalidad y un 9,66% de mortalidad.
Al dar un vistazo al mapa completo de la Marina Alta, se observa que las localidades del interior son las que menor tasa de crecimiento anotan. Aparte de la Vall d'Ebo, la Vall de Laguar (-28‰), Castell de Castells (-25,8‰), la Vall d'Alcalà (-18,2‰), Parcent (-16‰) y l'Atzúbia (-15,8‰) son las que peores cifras acumulan. También en la zona intermedia, Benimeli, con un -30,7‰, y Tormos, -23,7‰, acumularon en 2022 más decesos.
Pese a que todos los municipios tienen cifras negativas en cuanto a tasa de crecimiento, excepto Senija, hay algunos en los que las cifras no son tan llamativas. Es el caso, por ejemplo, de Dénia, con un -2‰, o Alcalalí y Xàbia que ambas registran un -2,3‰.