La Sierra de Bernia es uno de los tesoros naturales que entraña la Marina Alta y que marca la frontera con la Marina Baixa. Forma parte del conjunto de sierras litorales y prelitorales, ubicadas entre los municipios de Benissa, Xaló, Calp, Alcalalí, Tàrbena, Callosa d’en Sarrià y Altea, cuyo nombre completo es Sierras de Bèrnia y Ferrer. Son un enclave protegido que abarca 2843 hectáreas, principalmente en los términos de Benissa y Xaló.
Con la imponente Sierra de Bèrnia como protagonista, estas montañas se extienden con una orientación noroeste-sureste y altitudes que superan los 1000 metros. Este diseño único proporciona condiciones bioclimáticas especiales, con notables diferencias entre áreas de sombra y de sol. Actúa como una transición entre las regiones húmedas del norte y las más secas del sur. Además, la intervención humana a lo largo de la historia ha contribuido a una diversidad paisajística y de hábitats extraordinaria en esta área protegida.
En 2001, fue incluida entre los Lugares de Interés Comunitario (LIC) de la Comunitat Valenciana. Posteriormente, el elevado valor paisajístico del conjunto le otorgó, desde 2006, el título de Paisaje Protegido de la Comunitat Valenciana. Esta nomenclatura ha sido seleccionada como la más adecuada para salvaguardar los valores naturales, culturales y paisajísticos de la sierra.
A continuación tienes un índice con todos los puntos que vamos a tratar.
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Dónde está
Desde la Marina Alta, la Serra de Bèrnia está al sur de Benissa y Xaló. Para visitarla existen diversas rutas, sin embargo, la Unidad de Gestión de Las Marinas destaca dos en concreto, especificadas más abajo.
Rutas
Con una red de senderos bien señalizados, la sierra ofrece una variedad de excursiones para todos los niveles de habilidad, desde caminatas relajantes hasta desafiantes ascensos. Una de las rutas más destacadas es el sendero que va desde Pinos hasta Callosa, Xaló y Altea la Vella.
Siguiendo el camino de Altea la Vella (PRV436), podrás sumergirte fácilmente en la sombra de Bèrnia y admirar Berdiola, uno de los paisajes de montaña mejor conservados de la Marina. Desde el Passet, disfrutarás de una vista panorámica espectacular de la Marina Baixa antes de descender hacia Altea la Vella por el camino de la Cova de la Serp.
PR-CV 7 Bèrnia
La ruta PR-CV 7 es la más conocida de la Serra de Bèrnia. El recorrido es circular y un imprescindible para conocerla a fonfo. Conecta con el camino de Altea la Vella en dos puntos. Esta ruta te lleva a través del famoso Forat, donde podrás explorar el antiguo Fort de Bèrnia y descubrir las pinturas rupestres.
Para acceder a estas rutas, desde el núcleo urbano, dirígete hacia Alicante por la N-332 y toma la carretera hacia Xaló CV-750. Luego, sigue hacia la carretera de acceso "Pinos-Bèrnia" CV-749 hasta llegar a Les Cases de Bèrnia, donde comenzará tu aventura a pie.
- Km: 8,65 km
- Duración: 03 horas y 20 minutos.
- Dificultad: media.
- Desnivel acumulado: +425 metros.
PR-CV 436 Ermita de Pinos - Font del Garroferet
A la ruta de la Ermita de Pinos a la Font del Garroferet (PR-CV 436), se accede desde el núcleo urbano de Pinos, término de Benissa, hacia Alicante por la N-332 para después tomar el desvío hacia Xaló CV-750. Después, será necesario seguir la carretera de acceso a Pinos C-749 hasta encontrar el camino que conduce a la Ermita de Pinos.
- Km: 12,50 km
- Duración: 05 horas y 15 minutos.
- Dificultad: media.
- Desnivel acumulado: +785 metros.
Recomendaciones
- Llevar los perros atados.
- Seguir los senderos.
- Respetar la fauna.
- Llevar agua.
- Respetar la flora.
- Ir en compañía.
Prohibiciones
- Hacer fuego.
- Acampar.
- Vehículos a motor.
- Tirar basura.
Puntos de interés
Además de su notorio valor natural, la Serra de Bèrnia y Ferrer es otro de los testigos de la longeva historia vivida en la Marina Alta. En ella se constata la presencia humana entre sus múltiples parajes con pinturas rupestres, abancalamientos para la agricultura o la ganadería, o con construcciones de alto interés. A continuación se detallan los puntos más destacados de la sierra:
El forat
El forat de Bèrnia probablemente sea el gran atractivo turístico de la sierra. Es un impresionante pasadizo natural esculpido en la roca que se extiende a lo largo de aproximadamente 21 metros. También reconocido como «el Comptador de les Cabres», este túnel permitir atravesar la majestuosa Sierra de Bèrnia. El prodigio geológico atraviesa la cresta de la sierra, enlazando las dos vertientes y facilitando el acceso entre ellas.
Desde tiempos inmemoriales, el Forat de Bèrnia ha sido un camino vital utilizado por los pastores de la zona, proporcionando un paso estratégico a través de la montaña. Este icónico túnel no solo es una maravilla natural, sino también un testimonio histórico de la conexión entre las dos comarcas que separa.
Fort de Bèrnia
Otro de los lugares más destacados del paisaje protegido de Benissa y Xaló es el Fort de Bèrnia. Fue erigido en 1562, en plena cara sur y a unos imponentes 800 metros de altitud, en la parte de Callosa d’en Sarrià. Su propósito era salvaguardar el litoral y el interior de posibles sublevaciones de los moriscos, quienes anteriormente habían buscado refugio en estas montañas para escapar de la persecución religiosa.
El temor a incursiones de corsarios otomanos también motivó su construcción, proveyendo un refugio estratégico para la población cristiana en caso de necesidad. Por ello, Felipe II encomendó la tarea al renombrado arquitecto italiano Juan Bautista Antonelli, resultando en la imponente estructura conocida como el Fuerte de Bèrnia.
Es un fortín rectangular, con un patio central y habitaciones distribuidas en dos plantas adyacentes. Además, albergaba una capilla para las necesidades espirituales de sus ocupantes. Sus defensas se veían reforzadas por baluartes triangulares en cada una de las cuatro esquinas, mientras que un foso rodeaba todo el perímetro, ofreciendo una protección adicional contra posibles invasores.
Sin embargo, la vida del Fort de Bèrnia fue efímera. Tras la expulsión de los moriscos, Felipe III ordenó su demolición en 1612. Hoy en día aún perduran los vestigios de esta imponente fortaleza. Por lo que el Ayuntamiento de Callosa d'En Sarrià sacó a licitación las actuaciones debidas para consolidar la estructura y restaurarla.
Pinturas rupestres
Al pie de las imponentes crestas que definen el paisaje de Bèrnia, ubicado a unos 850 metros de altitud, se encuentra el yacimiento de la Peña de l'Ermita del Vicari. Este alberga un abrigo de unos 15 metros de longitud adornado con pinturas rupestres. Estas obras pertenecen al arte rupestre esquemático y datan de la época neolítica, ofreciendo una ventana única al pasado de la humanidad en esta región.
No muy lejos, en la umbría de la Sierra del Ferrer, se encuentra la Cova de ses Lletres, otro tesoro arqueológico testigo de los antepasados neolíticos. Es posible encontrar otras cerca de Pinos, en el municipio de Benissa, dentro del Paisaje Protegido de Bèrnia.
Abancalamientos, casas y fuentes de Bèrnia
A lo largo del paisaje de la sierra se pueden observar diversos abancalamientos, testimonio tangible de la labor de los moriscos, que alcanzaron su apogeo en el siglo XVIII. Estas terrazas se extienden por las laderas y son fruto del ingenio humano para aprovechar incluso los terrenos más escarpados. En su mayoría, fueron dedicadas al cultivo de viñas hasta que la temida filoxera forzó su abandono.
También es común encontrarse con las ruinas de antiguos corrales, viviendas rurales y refugios para el ganado, así como numerosas fuentes que desempeñaban un papel vital para el desarrollo de sus antiguos pobladores. Por último, es posible visitar la nevera de nieve en lo alto de la umbría, probablemente erigida en el siglo XVIII.
Características y medio natural
La Sierra de Bèrnia y Ferrer destaca por su diversidad ecológica y su proximidad al mar. Estas montañas ofrecen un escenario único donde convergen una amplia gama de hábitats y una biodiversidad extraordinaria, incluyendo numerosas especies endémicas que hacen de este lugar su hogar.
Alberga una variedad de ecosistemas que van desde los picos más altos hasta los valles profundos, creando un entorno morfológico diverso y fascinante. No es de extrañar que estas montañas hayan sido reconocidas y protegidas por su valor excepcional. En 2001, el Consell incluyó la zona entre los Lugares de Interés Comunitario (LIC) de la Comunitat Valenciana, en cumplimiento de la Directiva 92/43/CEE del Consejo de la Unión Europea sobre la Conservación de los Hábitats Naturales y de la Fauna y Flora Silvestres.
Hábitats
La Sierra de Bèrnia y Ferrer ofrece un fascinante mosaico de hábitats y una rica biodiversidad. Su distintiva geomorfología, con pendientes pronunciadas y cimas rocosas, la convierte en una de las montañas más imponentes. Además, su proximidad al mar y su orientación le otorgan una vertiente soleada y otra sombría.
Se erige como un límite biogeográfico entre ecosistemas semiáridos y seco-subhúmedos. Esta singularidad geográfica se traduce en una extraordinaria variedad de flora y fauna.
Entre los hábitats destacados se encuentran las pendientes rocosas calcícolas, hogar de especies endémicas como Chaenorhinum crassifolium subsp. Crassifolium y Biscutella montana, Saxifraga corsica subsp. Cossoniana, entre otros. Los pastizales mediterráneos xerofíticos albergan especies adaptadas a climas secos, como Leucanthemum gracilicaule. La presencia de microreservas de flora refleja la singularidad de estos hábitats. Esta flora se refleja en las cuatro microreservas de flora que existen.
Por otro lado, en ella es posible encontrar los siguientes hábitats:
- Matorrales termomediterráneos y pre-estépicos: se adaptan a climas secos y con fuerte déficit hídrico, actuando como una etapa de sustitución de formaciones vegetales más grandes. En este hábitat se encuentran especies como la Pistacia lentiscus, Chamaerops humilis y Euphorbia dendroides.
- Prados calcáreos kársticos: Ssn hábitats prioritarios formados por comunidades colonizadoras pioneras abiertas y xerotermófilas, que colonizan suelos pedregosos calcáreos poco desarrollados. Están dominados por pequeñas plantas, principalmente de la familia Crassulaceae, como Sedum sp.
- Zonas subestépicas de gramíneas y anuales: son pastos xerófilos, más o menos abiertos, formados por diversas gramíneas y pequeñas plantas anuales adaptadas a ambientes secos.
- Desprendimientos mediterráneos occidentales y termófilos: son acúmulos de piedras propios de laderas montañosas con vegetación dispersa que enraíza entre los fragmentos rocosos. En este hábitat se encuentra, por ejemplo, especies endémicas como Scrophularia tanacetifolia o Conopodium thalictrifolium.
- Fresnedas termófilas: se encuentran ejemplares dispersos de Fraxinus ornus, acompañados a menudo de individuos de Acer opalus subsp. Granatense y Ameliancher ovalis. Suelen desarrollarse en ambientes microclimáticamente húmedos como umbrías, fondos de valle, pie de montes o de cantiles calcáreos.
- Galerías y matorrales ribereños termomediterráneos: son formaciones arbustivas de ramblas y riberas mediterráneas dominadas por la adelfa (Nerium oleander).
- Bosques de Quercus ilex y Quercus rotundifolia: se trata de bosques esclerófilos mediterráneos dominados por la encina, que se presentan de forma dispersa en cotas medias y altas de la serra de Bèrnia.
- Bosques mediterráneos de Taxus baccata: estas formaciones arbóreas están dominadas por el tejo y suelen estar subordinadas a otras especies forestales o relegadas a ambientes topográficamente favorecidos. La población ubicada en la serra de Bèrnia es actualmente objeto de programas de recuperación y refuerzo poblacional.
Vegetación
La Sierra de Bèrnia i Ferrer es un tesoro botánico con una gran diversidad floral y de especies únicas. Su estratégica orientación noroeste-sureste, su imponente geomorfología y la elevada altitud la convierten en un santuario natural que alberga una gran variedad de comunidades vegetales y hábitats.
La peculiar disposición geográfica de la Sierra de Bèrnia i Ferrer actúa como una barrera natural que canaliza la humedad proveniente del norte, creando microclimas distintivos en sus vertientes umbrías y solanas. Este fenómeno, acompañado por la proximidad al mar y la abundancia de suelos calizos, contribuye a enriquecer aún más la diversidad paisajística y ecológica.
En las vertientes umbrías, resguardadas del sol, se encuentran las cuatro microreservas de flora, entre las que destacan el Forat de Bèrnia, Cases del Cantal, Arc de Bèrnia y Ombria de Bèrnia. Aquí, los pastizales dan paso a la presencia de especies bulbosas, plantas anuales y ejemplares de tejo, algunos de los más meridionales del territorio valenciano. Además, especies relictas como la corona de rey y numerosos endemismos valencianos, iberolevantinos e iberonorteafricanos se entrelazan en un tapiz botánico de incomparable belleza.
Por otro lado, en las vertientes solanas, expuestas al sol y la sequía, emerge la maquia mediterránea, donde especies como el palmito, el romero, el lentisco, la coscoja y el brezo prosperan en armonía. En cotas más elevadas, una zona forestal de pino carrasco se extiende, mientras que en los roquedos se avistan ejemplares aislados de carrasca y especies rupícolas de excepcional valor.
Es imprescindible entender la relación histórica entre la vegetación de la Sierra de Bèrnia y el hombre. A lo largo de los siglos, la intervención humana ha dejado su huella, desde el intenso aprovechamiento forestal hasta la roturación de cultivos. Aunque estas actividades han disminuido en la actualidad, los vestigios de terrazas de cultivo y los antiguos bancales de pedra seca recuerdan el pasado agrícola de la zona.
Fauna
La sierra también es un santuario de vida salvaje que alberga una biodiversidad excepcional. Este tesoro natural se erige como un punto de interés comunitario LIC, gracias a su riqueza ecológica y geomorfológica.
Aquello que hace de Bèrnia un refugio para una amplia variedad de especies es la combinación única de su proximidad al mar, la diversidad de hábitats y microclimas, junto con su imponente altitud que supera los 1100 metros y su orografía abrupta, convierten a la Serra de Bèrnia en un imán para la vida silvestre.
La Serra de Bèrnia forma parte de la Zona de Especial Protección para las Aves ZEPA Muntanyes de la Marina. La rica avifauna de la sierra se puede clasificar en varios grupos destacados:
- Aves forestales: entre las especies presentes, se encuentran el petirrojo europeo, el carbonero común, el herrerillo capuchino, el pinzón vulgar, el agateador europeo, el carbonero garrapinos, el mosquitero papialbo y el serín verdecillo, entre otros.
- Aves de vegetación arbustiva mediterránea: esta categoría incluye a pequeños paseriformes como varias especies de currucas (capitotada, cabecinegra, rabilarga, etc.), la tarabilla común, el colirojo tizón, el jilguero europeo, la perdiz común, diversas especies de zorzales, la collalba rubia, el escribano soteño y montesino, el pardillo común, entre otros.
- Aves rupícolas: estas aves habitan en rocas, acantilados, roquedos o cortados. Entre las especies destacadas se encuentran la collalba negra, el roquero solitario, el avión roquero y el acentor alpino en invierno. En verano, se pueden observar el vencejo real, el vencejo pálido y común, las golondrinas común y dáurica, y el avión común.
- Aves rapaces: es hogar de rapaces impresionantes como el águila-azor perdicera, el halcón peregrino, el cernícalo vulgar y la culebrera europea en los meses estivales. También se pueden escuchar rapaces nocturnas como el cárabo y el mochuelo.
- Otras aves destacadas: entre las especies que se pueden encontrar en la sierra se incluyen los cuervos, el tuercecuello euroasiático, el chochín paleártico, el jilguero lugano, la abubilla común y la paloma torcaz, entre otras. Además, durante los periodos migratorios o dispersivos, se pueden avistar algunas rarezas.
Pero la vida salvaje del paisaje protegido no se limita a las aves. Los mamíferos, como el jabalí, el zorro rojo, la ardilla, el tejón, la gineta, el erizo o la garduña encuentran aquí un hogar seguro. Y en las noches estrelladas, una sinfonía de murciélagos añade un toque mágico al ambiente. Los meses primaverales y estivales son testigos del ajetreo de la comunidad de insectos polinizadores y reptiles, que dan vida a los campos y bosques de la sierra.
Geología
La Sierra de Bèrnia y Ferrer es integrante del sistema bético y específicamente del sector prebético en la región norte de Alicante. Surgidas hace millones de años debido a la colisión de las placas africana y euroasiática durante la orogenia alpina, estas majestuosas montañas calizas de la Marina se formaron a partir de los sedimentos depositados en el antiguo Mar de Tethys, emergiendo hace aproximadamente 15 millones de años.
La Serra de Bèrnia se caracteriza por ser un anticlinal de base oligocena-aquitaniense que sustenta una estructura cretáceo-eocena deslizada. Hacia el oeste, este anticlinal se fusiona con la Sierra del Ferrer. Por otro lado, al este de Bèrnia, se encuentra otro anticlinal compuesto por la Solana y la Lloma Llarga.
Estas unidades estructurales exhiben principalmente dos tipos de materiales: margas en la base de los anticlinales y calizas de diversas épocas en las cumbres. Estas rocas calcáreas sedimentarias tienen origen orgánico, formadas por la acumulación de restos de caparazones de animales marinos.
El relieve calcáreo de la zona está sujeto a diversos agentes erosivos, como el agua, el hielo y el viento. Estos agentes han esculpido las montañas, creando formaciones kársticas como cuevas y canchales. La karstificación, proceso fundamental en el modelado de Bèrnia, ocurre cuando el agua reacciona con la caliza, disolviéndola y formando galerías subterráneas, cuevas y lapiaces.
Además, las fuertes lluvias, especialmente durante el otoño, generan flujos torrenciales que arrastran materiales, provocando acumulaciones y erosionando el terreno. El Paisaje Protegido de las Sierras de Bèrnia i Ferrer se sitúa en una de las zonas de mayor torrencialidad de la península Ibérica, lo que da lugar a impresionantes cascadas y procesos de erosión destacables.
La vegetación también juega un papel importante en la configuración del paisaje, con ciertas especies que crecen en las grietas de las rocas, contribuyendo a su desintegración.