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¿Por qué cierra la fábrica de Bimbo del Verger? Los próximos pasos del Comité de Empresa y lo que van a exigir

14 de enero de 2024 - 09:50

La histórica fábrica del Verger, ahora en manos del Grupo Bimbo, tendrá que cerrar sus puertas antes de la próxima Semana Santa. Esta semana se ha dado a conocer tanto a los trabajadores como a toda la Marina Alta el cese de la actividad. Una noticia dramática que dejará fuera a casi un centenar de empleados que, en la mayoría de los casos, ha dedicado toda su vida a ello y había apostado por crear un proyecto de vida en la factoría.

Imagen: Guías de empaquetado en la fábrica Ortiz (Bimbo) en El VergerGuías de empaquetado en la fábrica Ortiz (Bimbo) en El Verger

José González, presidente del Comité de Empresa de los trabajadores, cuenta que el organismo tenía pendiente una reunión con los Recursos Humanos de la firma. El encuentro se produjo el miércoles por la mañana, pero para la sorpresa de los trabajadores se personaron más ejecutivos de los esperados en esa cita. Fue el momento en el que recibieron la noticia, «no nos lo esperábamos», nos cuenta y añade: «La decisión era irreversible. No nos dieron otro tipo de alternativa más que el cierre. Eso sí, con buenas palabras, pero nos dejaron noqueados».

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¿Por qué cierra la fábrica Bimbo del Verger?

La fábrica dirá adiós a la Marina Alta en pocos meses y las razones a las que se acoge la empresa para el cierre son dos. La factoría Bimbo en El Verger venía siguiendo dos líneas de producción. Una que hace pan tostado, herencia Ortiz, y otra que elabora los snacks Takis.

Uno de los motivos del cierre es que la línea de pan tostado se vende cada vez menos: «El mercado no absorbe más este producto y la empresa no es capaz de venderlo». Los trabajadores también llevaban tiempo percibiendo esta bajada en las ventas, por lo que elaboraban menos producción.

Sin embargo, la línea de snacks estaba siendo un éxito. «Hemos estado dos años trabajando de lunes a domingo con ella y se vendía todo», comenta José. Por este motivo, según explica el presidente del Comité de Empresa, la multinacional decidió abrir una nueva planta «que cuadruplica la producción de la del Verger» en Santa Perpetua, Barcelona, en el verano de 2023. Lo que ocurre es que «no son capaces de vender las dos producciones».

Los pasos a seguir por el Comité de Empresa de los trabajadores

La próxima semana comienzan las negociaciones y rondas de conversación, no solo con la empresa. El lunes, el Comité de Empresa de la fábrica de Bimbo en El Verger tendrá primero una reunión con el alcalde del municipio, Basili Salort, y el equipo de gobierno. «Hablaremos con ellos, pediremos su colaboración y vamos a intentar empujar», asegura. Ese mismo día por la tarde será cuando el Comité esclarezca la línea de negociación que quiere seguir y las reivindicaciones que trasladarán.

Una vez constituida la mesa de negociación, la primera reunión con la empresa será el martes por la tarde y la segunda el miércoles por la mañana. Si todo avanza como debe, a la semana siguiente habrá otras dos reuniones. Según González, la movilización será una realidad si llega un momento en el que «las posiciones entre ambas partes no se pueden acercar más».

¿Qué van a exigir a la empresa?

«Cualquier acuerdo por bueno que sea no será lo ideal, lo ideal es que la fábrica siga en marcha y eso no se puede conseguir», lamenta el presidente. A pesar de ello, lo que sí tienen claro por el momento es:

Esa posibilidad de recolocación será difícil en algunos supuestos, ya que implicaría el traslado familiar de los trabajadores, «vamos un gran problema, pero pensaremos en más salidas». Además, según narra González, también hay en plantilla un grupo de personas próximas a la jubilación, «que queremos llegar a ella con un plan de rentas».

«Lo que podamos conseguir hará que repercuta en lo que les molestemos más allá de esas negociaciones», afirma. Lo más adecuado sería que «el que se quede en la calle» tenga la parte económica cubierta durante el tiempo suficiente para recomponer su vida, con un mínimo de tiempo asegurado para emprender otro proyecto.

José González asegura que la empresa ha tenido buenas palabras para ellos, «pero sé que al final esas palabras cuesta poco decirlas, pero sacar un céntimo del bolsillo cuesta muchísimo. Esas buenas palabras se tienen que traducir en dinero encima de la mesa para que la gente pueda salir con unas condiciones dignas».

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