El Ayuntamiento de Ondara elevará al pleno del próximo jueves 27 de noviembre el proyecto de Presupuesto Municipal para el ejercicio 2026, que asciende a 8,5 millones de euros. La cifra supone una reducción del 17 % respecto a 2025, es decir, 1,75 millones de euros menos.
El equipo de gobierno (PSPV-PSOE) ha calificado el documento como un «presupuesto de resistencia», condicionado, apuntan, por la modificación a la baja del tipo impositivo del IBI aprobada por la oposición (PP y Compromís), que implica una pérdida de 395.000 euros en recaudación y obliga a recortar en inversiones y en gasto corriente.
Impacto de la rebaja del IBI
El alcalde, José Ramiro, ha lamentado que la rebaja del IBI «impuesta por la oposición» ha generado «una caída de ingresos muy importante que no puede compensarse con otras figuras tributarias ni con plusvalías o licencias».
A esta merma se suma la desaparición de ingresos extraordinarios que sí estuvieron presentes en el presupuesto anterior, como la venta patrimonial de 2025, que aportó 1,2 millones de euros, y el fin del canon de Aigües de València, cifrado en 60.000 euros anuales.
En conjunto, estos factores sitúan el presupuesto de 2026 en 8,5 millones de euros, frente a los 10,25 millones del ejercicio 2025.
Prioridad: mantener servicios y blindar la protección social
Pese al ajuste económico, el gobierno municipal asegura que no se tocarán las «líneas rojas» del presupuesto: Cultura, Educación, Bienestar Social y Escuelas Deportivas. Estas áreas se consideran esenciales para la cohesión social y, según ha subrayado el ejecutivo local, quedan fuera de los recortes que se han aplicado en otras partidas.
El presupuesto contempla el mantenimiento de la plantilla municipal y también de la empresa pública SINMA, que asumirá además a los trabajadores de la concesionaria del servicio de aguas. De este modo, el Consistorio recalca que garantiza la estabilidad del empleo público en un contexto de reducción general de ingresos.
Asimismo, se mantiene la gratuidad del comedor y de las extensiones horarias de la Escoleta Municipal, dos medidas que el gobierno local presenta como pilares de la política de conciliación y apoyo a las familias del municipio.
Más subvenciones a entidades sociales y deportivas
Lejos de reducirse, las subvenciones a entidades sociales no solo se mantienen, sino que aumentan hasta los 446.700 euros, lo que supone un incremento del 225 % respecto al ejercicio anterior.
Dentro de esta cuantía destaca el convenio con la Asociación Escuelas Deportivas, que asciende a 270.000 euros. Ramiro ha insistido en que «proteger el tejido social y el deporte base es irrenunciable» para el gobierno municipal, que considera estas políticas como una inversión en salud, integración y oportunidades para la población más joven.
Recorte del 8 % en las regidurías
El ajuste económico también alcanza a las diferentes regidurías del Ayuntamiento. Las partidas de las áreas se reducen en 55.000 euros, lo que se traduce en una rebaja media del 8 %, pese al aumento constante de los costes de servicios y productos.
Este recorte se ha aplicado de forma generalizada a todas las áreas, con la excepción de Cultura, Educación y Bienestar Social, que el equipo de gobierno ha definido de nuevo como líneas rojas e innegociables. Según el ejecutivo local, esta decisión responde a la voluntad de proteger los servicios esenciales y garantizar la continuidad de los programas que atienden a la ciudadanía más vulnerable.
Contención en inversiones y reducción del gasto corriente
La contención es especialmente visible en el capítulo de inversiones, que se reduce. El presupuesto de 2026 solo contempla 97.500 euros en este apartado, lo que supone un 63 % menos que en el ejercicio anterior.
Estas inversiones se destinarán a mejoras en edificios municipales, la adquisición de un vehículo, mobiliario y obras menores. Se trata, por tanto, de actuaciones consideradas imprescindibles para el mantenimiento de las instalaciones y servicios ya existentes, dejando fuera nuevos proyectos de envergadura.
En paralelo, el Ayuntamiento aplicará una reducción del gasto corriente de 431.000 euros, apoyada en varias medidas: el ahorro energético, el fin de determinados alquileres, como el de Casa Català, y ajustes en los contratos de mantenimiento y otros servicios.
Remanentes y renuncia a nuevos proyectos estratégicos
El gobierno municipal no descarta recurrir a los remanentes para hacer frente a obligaciones sobrevenidas, como la liquidación del contrato de aguas. No obstante, advierte de que la falta de ingresos asociada a la rebaja del IBI supone, en la práctica, renunciar a proyectos estratégicos para la localidad.
Entre esos proyectos que quedan aparcados se encuentran mejoras laborales para la plantilla, nuevas instalaciones deportivas y otras inversiones que requieran aportación municipal.
Ramiro ha agradecido expresamente la tarea técnica realizada por los servicios municipales para cuadrar un presupuesto «tan condicionado» por la caída de ingresos.
En su valoración política, Ramiro ha advertido de que «este presupuesto es la prueba de que las decisiones populistas tienen consecuencias» y ha añadido: «Hemos tenido que recortar en inversiones para mantener servicios esenciales y no dejar a nadie atrás».






