El sábado por la tarde, las calles de Moraira se llenaron de color y alegría con la gran cabalgata de disfraces. Decenas de personas, ataviadas con creativos y originales atuendos, desfilaron por las principales calles del pueblo, para finalmente congregarse en la animada calle Dr. Calatayud.
Allí, la emoción estaba a flor de piel, ya que se entregarían los premios a los mejores disfraces y a las calles mejor engalanadas. Niños y adultos participaron con entusiasmo en esta celebración.
Pero la fiesta no terminó ahí, una vez finalizado el desfile comenzó la cena de peñas que reunió a todas las añadas de Moraira en lo que sería el inicio de una noche memorable. Así, entre risas, bailes y brindis, las fiestas de Moraira llegaron a su espléndido final, dejando un cálido recuerdo un año más.