Tras más de cincuenta años de incertidumbre, los vecinos y vecinas de Pego con propiedades en la Marjal Pego-Oliva empiezan a ver la luz. El proceso de concentración parcelaria iniciado por la Conselleria de Agricultura permitirá que todos los propietarios tengan su terreno bien delimitado y apto para el cultivo.
Roger Llanes, secretario autonómico de Agricultura y Desarrollo Rural, y el director general de Agricultura, Ramaderia y Pesca, Toni Quintana, han presentado esta mañana junto al alcalde pegolí, Enrique Moll, las novedades del proceso. El proyecto que se está desarrollando definirá finalmente la zona de parcelas privadas, adjudicando cada una a los propietarios afectados.
De este modo, la llamada concentración parcelaria pretende reubicar las parcelas de vecinos y vecinas de Pego fuera de la zona de protección, dejándoles el equivalente de sus tierras mediante una permuta. El proyecto contempla la reubicación de 2.978 parcelas que ocupan 839 hectáreas y que afecta a 931 propietarios en total.
Por su parte, Agricultura, al comprar las parcelas dentro de la zona protegida, contará con el dominio de estos terrenos, declarándolos de utilidad pública para, por fin, completar el Parque Natural de la Marjal Pego-Oliva.
Una demanda histórica que culminará en 2024
Se trata, por tanto, de un problema histórico que se intentó solventar en 1970, pero que no tuvo éxito. La declaración de parque natural en 1994 entorpeció de nuevo el trabajo, retrasando el proceso hasta la aprobación del Plan de Ordenación de Recursos Naturales en 2004. Pero que no fue atendida por la Generalitat hasta la llegada del Govern del Botànic en 2015.
El trabajo, finalmente iniciado en 2018, ha sido costoso, ya que Agricultura, con la ayuda del Ayuntamiento de Pego, ha tenido que esclarecer uno a uno todos los propietarios de las parcelas dentro del terreno protegido. Uno de los problemas más recurrentes del proceso ha sido la imposibilidad de contactar con propietarios que desconocían sus dominios o que simplemente no aparecen. Ha pasado mucho tiempo.
En estos casos, las parcelas cuyos propietarios no han aparecido, pasarán a ser de la administración municipal, denominándose masa común, para ser utilizadas de interés general. Además, las parcelas propiedad del propio Consistorio de Pego se concentrarán alrededor de la zona de la Muntanyeta Verda.
Por su parte, el alcalde de Pego ha querido recalcar que el proyecto culminará cumpliendo los plazos establecidos. De este modo, 2023 servirá para finalizar la redacción del proyecto de la reubicación de parcelas y también para obtener el informe del impacto medioambiental. Un proceso que se terminará para 2024 y que, paralelamente, contempla otro proyecto de obras para dotar de nuevas infraestructuras, como caminos y accesos, a la Marjal, tanto en la zona protegida como en la zona de propietarios privados.
Tanto el secretario autonómico como el alcalde de Pego han estado de acuerdo en que este proceso, cuyo final está cerca, permitirá poner en valor aún más el cultivo del arroz de Pego. Este avance servirá de estímulo para la actividad arrocera de la localidad, que se vio afectada al no dar solución a los propietarios con parcelas dentro de la zona protegida de la Marjal y que ahora, con la reparcelación, podrán retomar el cultivo, si así lo desean.
