En las últimas semanas el tradicional festejo valenciano de los Bous al carrer ha sido altamente cuestionado. La fiesta popular toma especial relevancia durante los meses de verano y este año ha sido, precisamente, el peor en cuanto al número de muertes registradas en los ruedos de la Comunitat Valenciana desde 2014.
Los informes que la Conselleria de Justicia, Interior y Administració Pública de la Generalitat Valenciana ofrece sobre la fiesta se remontan al 2015, donde consta el número de muertes también del 2014. Desde ese año hasta el pasado 2021 se registran un total de 25 decesos derivados de los Bous al carrer. 2015 fue el peor año de todos con siete fallecidos, seguido de 2019 con cinco personas muertas.
Por lo que respecta al resto de años, se registran tres muertes en 2014 y en 2020, dos fallecidos en cada anualidad entre 2016 y 2018 y uno más en 2021. Pero ha sido ahora, en 2022, cuando la tragedia ha resultado más llamativa. En dos meses, julio y agosto, la Comunitat acumuló siete muertos más debido a los Bous al carrer. Y, esta semana, la cifra ha aumentado a ocho víctimas. Una persona mayor falleció tras resultar herida por una vaca en los Bous al carrer de Canet d’en Berenguer.
La Marina Alta es una comarca con un fuerte arraigo a los Bous al carrer, sobre todo, en las programaciones festeras de cada año. Pero también ha sido una de las que más víctimas ha contabilizado en todo el territorio valenciano, junto a l’Alt Palància.
La primera muerte se produjo a raíz de los Bous al carrer de Pedreguer. Un municipio muy fiel al festejo y que este año anunciaba sus fiestas patronales con un dato histórico, 30 entradas de toros en total. El primer día de bous uno de los animales volteó y pisó a un hombre que se encontraba viendo el espectáculo. Nueve días de hospitalización después, la persona falleció.
La segunda víctima se cobró en los toros de Beniarbeig, durante la mañana del 25 de agosto. Una mujer, muy conocida entre los aficionados de la fiesta en la comarca, fue corneada por una vaquilla y murió casi en el acto.
Estos datos y, sobre todo, los más recientes han sido los que han desatado de nuevo el debate. Una cuestión que intranquiliza tanto a la sociedad como a la Generalitat. Muestra de ello, el 29 de agosto, cuatro días después de la séptima víctima, la de Beniarbeig, la entidad convocó de manera extraordinaria una Comisión Consultiva de Festejos Taurinos Tradicionales.
La Comisión se realizó con la intención de analizar la situación de la fiesta hasta el momento y para proponer recomendaciones a las entidades festeras debido al incremento de incidentes. La reunión concluyó sin más éxito que el del secretario autonómico de Seguridad y Respuesta a las Emergencias, José María Ángel, pidiendo prudencia.
Un día después, la vicepresidenta del Consell y consellera de de Transparència, Responsabilitat Social, Participació i Cooperació, Aitana Mas (Compromís), emitió una clara reflexión avivando más la llama en una entrevista para EuropaPress. «¿Un festejo en el que muere gente es realmente un fiesta?», planteaba. Sin poder ir más allá de las apreciaciones personales y de la ideología de su partido, Mas pidió entonces reabrir el debate, no para prohibir la celebración de los Bous al carrer, sino para mejorarla.
Pese a que, según afirma la Generalitat, la normativa del festejo en la Comunitat Valenciana es la más restrictiva del país y la que más protección a las personas ofrece, muchas cuestiones que entran en el debate recaen en la autonomía municipal. Sin ir más allá, este mismo verano el Ayuntamiento de Tavernes de la Valldigna no autorizó la fiesta, ni tampoco el de Sueca.
La respuesta a las palabras de la vicepresidenta no tardaron en llegar. La Federación de Peñas de Bous al Carrer valenciana emitió un comunicado el 1 de septiembre en el que consideraba toda «propuesta o iniciativa» contra la fiesta popular taurina que fuera trasladada a la Generalitat de «marcada finalidad electoralista y de visibilidad ante la proximidad de las elecciones». Un pensamiento que también cala en la sociedad comúnmente.
Esta misma semana el secretario de Seguridad y Respuesta a las Emergencias y el director general de Interior, Salvador Almenar, se reunieron con la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP) y con alcaldes para abordar aspectos relacionados con la responsabilidad y los seguros que deben contratar los organizadores de los festejos de Bous al carrer.
En ella, los mismos promotores manifestaron la dificultad que atraviesan a la hora de suscribir determinadas pólizas de seguros que cubran los festejos taurinos. Del mismo modo, los alcaldes plantearon la necesidad de revisar la cantidad económica que tienen que destinar a esta cobertura y, por otra parte, las compañías de seguros comentaron que necesitan aumentar la inversión mínima de la póliza para dar una cobertura lo más amplia posible.
Después de la sucesión de hechos en este trágico verano, ¿cuál debería ser el futuro de los Bous al Carrer? ¿Se deberían aplicar nuevas restricciones al festejo taurino? Estas son algunas de las cuestiones que pueden plantearse a partir de ahora. Porque queda visto que, más allá del respeto al animal y los argumentos animalistas, el debate actual se ha abierto por la indefensión de las vidas humanas.
Una semana, un mes, medio año o el verano siguiente. No queda claro el tiempo que va a pasar hasta que la Generalitat aborde la cuestión. Ni tampoco hacia donde se dirigirán las propuestas para mejorar las condiciones en la fiesta. ¿Se plantearán de alguna forma reforzar más la seguridad en los Bous al carrer? ¿Limitar el aforo de participantes y en las plazas? ¿O propondrán prohibir algunas modalidades del festejo, como el bou embolat, que atraen a más curiosos? También puede que el rumbo se dirija a restringir otras tradiciones como el fomento del ocio en las inmediaciones con consumo y venta de alcohol.
Por el momento el Consell no se ha pronunciado al respecto, ni tampoco se han planteado todas estas cuestiones. No de cara a la palestra. Pero según las intenciones de Aitana Mas no tardarán en hacerlo. O, al menos, eso espera una parte de la sociedad.