El héroe de Moraira que salvó a centenares de personas de perecer en el mar El héroe de Moraira que salvó a centenares de personas de perecer en el mar
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El héroe de Moraira que salvó a centenares de personas de perecer en el mar

10 de septiembre de 2023 - 08:00

El mar entraña infinidad de historias y leyendas que se narran recordando a los protagonistas del pasado. La de hoy trata sobre un suceso ocurrido a principios del siglo XX, el hundimiento del Sirio, un transatlántico italiano que pereció frente a la costa de Cabo de Palos, en Murcia.

Pero nuestro foco se dirige hacia uno de los héroes de la tragedia, al cual conducen todos los rastros de las crónicas y noticias que se encuentran. Se trata de Vicent Buigues Ferrando, un vecino de Moraira que joven tuvo que trasladarse a tierras murcianas en busca de aires mejores que le hicieran recuperarse de su enfermedad.

El Sirio y los pasajeros

Más sano y económicamente algo recuperado, Vicent, que había aprendido el arte de calafatear las embarcaciones, se dedicaba al transporte de mercancías entre puertos. El 4 de agosto de 1906, en el transcurso de uno de sus viajes entre Valencia y Cabo de Palos, el pailebote Joven Miguel, patroneado por nuestro protagonista, se cruzó con el Sirio.

La gran embarcación se dirigía peligrosamente hacia la costa murciana, a pesar de no estar en su ruta de viaje. La razón a la que apuntan los expertos es que el barco se dedicaba al transporte de emigrantes, en este caso, hasta Argentina, como destino final del recorrido. El siglo XX, y sobre todo las primeras décadas, estuvo marcado por la emigración de europeos hasta América.

La sobrepoblación, por el aumento de la natalidad y la disminución de la mortalidad, sumada a la pobreza, a la falta de recursos y a la revolución agrícola, que trajo consigo numerosos avances en materia de mecanización y tecnificación en las labores del campo, propició que muchas personas buscaran un futuro mejor en «el nuevo mundo». Las puertas se abrieron para miles de ellos que llegaban a los países al otro lado del atlántico para trabajar. Los datos apuntan a que en el Sirio viajaban unas 1.300 personas, una minoría en primera y segunda clase, por lo que un millar de ellas lo hacían en tercera. Algunos sin constar oficialmente entre los pasajeros declarados.

Pánico en el mar

Fue al aproximarse a Islas Hormigas cuando se desató la catástrofe. Sobre las 16:00 horas de la tarde, el buque se encalló por la proa en uno de los peligrosos bajos rocosos conocidos de la zona, el Bajo de Fuera. El casco del Sirio quedó inclinado, la proa elevada mientras la popa se iba hundiendo poco a poco. Un hecho que provocó el pánico y la histeria colectiva de los pasajeros, ya que muchos de ellos no sabían nadar.

Algunos actuaron como espectadores, otros no dudaron en brindar socorro a las víctimas. Botes y pequeñas embarcaciones de marineros se acercaron para ayudar a los pocos que cabían en sus cubículos y no dejarles en el mar. Entre ellas el Joven Miguel de Buigues. Los documentos y narraciones recogen auténticas alabanzas para el de Moraira, ya que fue el patrón que decidió acercarse al máximo al Sirio.

Toda una proeza resultó de su actuación. Lo primero que ideó fue acercarse él mismo con un pequeño bote desprendido de su pailebote. Pero al ver que la desesperación de los auxiliados hizo volcar su medio de socorro, emprendió otra acción. Como si de una película se tratase, abordó al transatlántico con el bauprés del Joven Miguel, haciendo del largo palo un puente hasta el interior de su embarcación.

El resultado de la improvisada operación fue la salvación de más de 250 personas. Según relatos, los rescatados podrían ser centenares más y las víctimas mortales unas 300 personas. La desgracia y la conmoción que provocó el suceso en todo el mundo llegó a apodarlo como el hundimiento del Titanic del Mediterráneo.

Hundimiento y reconocimientos al valor

A Vicente Buigues y al resto de marineros que acudieron a prestar ayuda, entre los que se encontraban sus hijos, Vicente y Hermenegildo Buigues Vives, y su primo, Juan Bautista Buigues, recibieron días después diversas condecoraciones de parte de los gobiernos de España e Italia.

El imponente Sirio pereció por completo dieciséis jornadas después, finalizando su vida partiéndose por completo tras restar varado sobre el Bajo de Fuera. Su recuerdo todavía permanece en el lugar, a unos 70 metros de profundidad, tal como muestra la serie documental de RTVE ¡Hundidos!.

A Vicente Buigues, por su parte, siempre se le recordará como el héroe de Moraira, quedando inmortalizado en las recopilaciones del siniestro y en las narraciones que, como esta, recogen su proeza inmortal.

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