El CDIAT de la Marina Alta en grave peligro por la falta de espacio con el que seguir ofreciendo un servicio imprescindible para muchas familias

Espacio. Es lo que piden desde el Centro de Desarrollo Infantil de Atención Temprana de la Marina Alta (CDIAT) para sobrevivir. Y esto es importante, necesitan el espacio para poder seguir trabajando. Pero, ¿en qué condiciones? Los nuevos requerimientos de la conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas ponen a Ludai, asociación que gestiona el CDIAT, contra las cuerdas y merman todo el trabajo que están haciendo. Las exigencias empeoran las condiciones, y el servicio, inevitablemente, se ve afectado. Es una lucha importante que asumen, pero la que urge realmente es la de conseguir más espacio, pues de lo contrario tendrán que cerrar a final de año. Demasiados frentes abiertos para mantener un servicio imprescindible y único en la comarca.

Laura Llorca junto a la plantilla del CDIAT

Anoche, Laura Llorca, directora del CDIAT, junto a varios trabajadores del centro expusieron en la Casa de la Cultura de Dénia la situación en la que se encuentran. En la reunión informativa estuvieron presentes los padres de los pequeños que requieren del servicio, pero también una gran representación política de distintos municipios comarcales, entre los que se encontraban los candidatos dianenses Vicent Grimalt, Rafa Carrió y Pepa Font.

Desde el principio fueron claros: el CDIAT corre peligro. Y lo peor de todo es que si ellos no están nadie se hará cargo del servicio. No porque solo ellos puedan hacerlo, sino por el interés mostrado. Hasta que Ludai no emprendió el proyecto en 2012, la Marina Alta carecía de centro de atención temprana. Más de una década después sigue siendo el único en la comarca, y podría desaparecer.

Asistentes a la reunión informativa

El centro lleva todos estos años encargándose de la atención temprana de niños y niñas menores de seis años con trastornos o problemas de desarrollo. Algo indispensable para más de 60 familias de la comarca que lo requieren. Y todas son atendidas por un equipo de once trabajadores, de ellos solo nueve terapeutas. Pero para Conselleria parece no ser suficiente y les exigen que justifiquen las subvenciones recibidas realizando al finalizar el año 7168 sesiones. A su vez, limitan las atenciones a una sesión semanal, que de querer ampliarse tendrán que realizar una solicitud bien argumentada para ver si desde València deciden aprobarla. Es decir, una sesión semanal por cada usuario, según los cálculos del CDIAT, requiere tener 188 niños inscritos. Una cifra inasumible con los mismos profesionales si siguen con el trato actual, que es idéntico al de la mayoría de centros de este estilo españoles y con el que se sienten muy agradecidas las familias.

Las exigencias de Conselleria ponen en peligro su supervivencia

Pero, ¿se puede contratar más gente? La subvención es la misma y se limita a pagar las necesidades básicas del centro, llegando para cubrir la plantilla que hay y poco más. De hecho, para cada modificación en las instalaciones deben solicitar subvenciones de otras áreas o depender de donaciones. Los trabajadores insisten en que son una asociación, pero les están tratando como si fueran una empresa.

No obstante, lo urgente es el espacio. Ahora se ven muy limitados en la actual instalación de Dénia, y están a la espera de que se les aprueben dos aulas en Benissa, lo que ayudaría mucho para la atención a niños del sur de la comarca. Pero no es suficiente. Aprovecharon que había tanta representación municipal para pedir no ayuda, sino responsabilidad de los Ayuntamientos para que ellos, el CDIAT, pudieran ayudar. Una responsabilidad en forma de instalaciones que les servirían para intentar cumplir las nuevas ratios y llegar a las 7168 sesiones con los que son. Poder mantenerse vivos para continuar peleando para humanizar las ratios y hacer ver que los niños y niñas no son números para estadísticas, que cada una requiere de una atención diferente y sin ellos no la tendrán.