La Vall d’Ebo estrena una nueva señalización, la de la ruta urbana. Una pintoresca población agrícola de origen musulmán, con aproximadamente 230 habitantes. El panel informativo que se encuentra en la entrada, así como las señales guiarán a los visitantes por los 8 puntos de interés más destacados de nuestra ruta urbana. Cada flecha
ofrece información sobre la rica historia y patrimonio de la localidad a través de un código QR, disponible en cinco idiomas: valenciano, castellano, inglés, francés y alemán.
La ruta se inicia en la avenida Marina Alta, donde se encuentra el Museo Etnológico. Este museo alberga una fascinante colección de utensilios y curiosidades dadas por los vecinos, que incluye desde herramientas de cultivo hasta vestimentas tradicionales, así como reproducciones de arte rupestre y de las cuevas subterráneas.
El recorrido continua hacia una plaza, bordeando encantadoras casas hasta llegar a la calle de Baix, donde se puede disfrutar de vistas en el río Ebo, también conocido como Girona. De ahí se dirige a la Iglesia de San Miguel, un bello ejemplo de estilo barroco construido en 1623, que alberga una impresionante talla de la Virgen de los
Desamparados, del siglo XVIII, perteneciendo en la escuela de Vergara.
La ruta continúa pasando por delante del ayuntamiento y se dirige a la calle batle Rafael Llodrà, donde se descubre ‘la estación del caracol’, un lugar peculiar que siempre sorprende a quienes conocen su curiosa historia.
Finalmente, por la calle Blasco Ibáñez se llega a la antigua almazara de los Frau y, a continuación, a la Plaza de Benissuai, y de ahí concluye la ruta en la cooperativa de la Virgen de los Desamparados y el antiguo cine.
Desde el Ayuntamiento de la Vall d’Ebo invitan a la ciudadanía a conocer la localidad a través de esta ruta urbana, donde disfrutar también de la gastronomía y hacer una visita a la Cueva del Rull que está a solo 1.5 km del
pueblo y es realmente impresionante. La cueva es famosa por su belleza natural, con estalactitas y estalagmitas que crean un paisaje mágico. Además, las formaciones caprichosas y los diferentes colores hacen que sea una experiencia única. Después de unos días de descanso, la cueva vuelve a abrir todos los días a partir del sábado 15 de febrero.
Este proyecto es una iniciativa de la Mancomunidad de Turismo de Pego i Les Valls, que también ha señalizado rutas en Alpatró y Benialí (en la Vall de Gallinera), Pego, l’Atzúbia, Forna y la Vall d’Alcalà. Todas las rutas, ya sean urbanas, de senderismo o ciclismo, están disponibles en la web turística de la Vall d’Ebo.