De Pego a Luxemburgo: la joven promesa de la danza contemporánea de camino al internacional
Perseguir un sueño. Suena fácil, pero muchos sueños se consiguen a base de esfuerzo y dedicación. Y eso es lo que trata de conseguir Toni Ferrando todos los días. Que casi sin descanso, y sin pesarle ni una pizca, entrena tenazmente para llegar a ser todo un profesional de la danza.
Él es de Pego, tiene 14 años y desde muy pequeño ya mostraba su pasión por el baile. En un esfuerzo por canalizar sus nervios y su potencial comenzó en Aikido, un arte marcial japonés, a los dos años. Sin embargo, él aprovechaba cualquier momento para embelesar al público con sus pasos de baile improvisados.
Por suerte, y con el empujón de un profesor de colegio observador, dejó la disciplina para dedicar su tiempo libre a lo que más ama. Sus padres vieron en la academia de baile Babylon de Mayte Ortolá un gran oportunidad para él. Por ello, desde hace aproximadamente cuatro años perfecciona su arte junto a sus compañeros de clase y con la ayuda de sus profesores Nico, Celaida y Claudia.
Centrado en el ballet y en la danza contemporánea, ha ido dando grandes pasos hasta clasificarse como campeón de España de danza de estilo contemporáneo en la categoría 2 amateur avanzado del Concurso Nacional de Danza celebrado recientemente en Tarragona. Y con honores, ya que el jurado le concedió el primer premio con unanimidad.
Aunque no solo eso. Con su arte llegó a emocionar de tal forma a los miembros del tribunal que le brindaron el mayor reconocimiento de la competición. Ahora afronta la próxima convocatoria, la del mundial de danza contemporánea en Luxemburgo, con mucho positivismo, «preparado y con ganas», afirma el bailarín.
Al conversar de su pasión se le iluminan los ojos y se le esboza una sonrisa, igual que al resto de su familia al escucharle. «El estilo contemporáneo es más relajante. Lo que más me gusta de esta danza es que me hace sentir libre. Poder moverte por todo el espacio consigue ese efecto».
Quizá hablar de futuro quede demasiado lejos. Todavía le faltan dos años para terminar su formación en Babylon, pero desde siempre su verdadero sueño ha sido formarse en la Royal Ballet School de Londres. Una vez terminada la ESO en el colegio Sant Antoni de Pego, sus padres coinciden en que realizar un Bachillerato de Artes Escénicas, Música y Danza podría ser una buena opción.
«La danza supone una evolución», y dicha evolución implica ir superando niveles hasta alcanzar el deseado. Por este motivo, Toni pretende tomar el camino que le permita estudiar una carrera universitaria y poder compaginarla con unos estudios superiores de danza.
No cabe duda de que Toni es todo un ejemplo de valentía, trabajo y pasión. Su empeño, combinado con el apoyo y la escucha incondicional de sus padres, forma la base perfecta para que el joven bailarín conquiste a final de año el mundial. Y, quién sabe, puede que muy pronto las calles de Londres lo acojan también, bailando.
Toni sobre el escenario
