Para aquellos que deseen perderse en paisajes y castillos como en La casa del dragón o Juego de Tronos, la Marina Alta es el lugar ideal para ello. En la comarca hay una gran variedad de castillos de diferentes épocas y estilos, donde en la mayoría la ocupación islámica y la reconquista cristiana dejaron huella en sus muros, o lo que queda de ellos.
A continuación tienes un índice con todos los puntos que vamos a tratar.
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Castillo de Alcalá (Benissili)
El castillo de Alcalá o de Benissili está situado en la entrada del valle por el oeste, a 784,7 metros de altura. Su origen se remonta en torno al siglo XI y su primera aparición en documentos oficiales es en 1245. Fue en esta fecha cuando se firmó el tratado del Pouet: el dueño del castillo, al-Azraq, archienemigo morisco de Jaume I, cedía la propiedad de los castillos de Pop y Tàrbena al reconquistador y podía mantener los de Alcalà y Perputxent, comprometiéndose a entregar dentro de tres años siguientes los de Gallinera, Margarida, Xeroles y Castells.
En este sentido, fue la residencia de al-Azraq durante su primera sublevación (1247-1258). El rebelde usaba la fortaleza para vigilar y defender la entrada al valle desde el interior.
Este castillo sigue las características propias de un castillo musulmán, con albacar (patio grande) y celoquia (ciudadela), pero destaca por su gran extensión y las defensas naturales que presenta. Sin embargo, presenta una anomalía: la posibilidad de la existencia de un poblado en el interior del recinto del castillo.
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Castillo d'Ambra (Pego)
El castillo de Ambra fecha de principios del siglo XIII, cuando los moriscos, asustados ante el avance de las tropas cristianas, decidieron crear un castillo refugio de 20 viviendas donde protegerse.
En el año 1268 se le concedió el castillo a Arnau de Romaní, mandándole Jaume I que en el castillo permaneciera una bestia de carga y diez hombres. Cuando en 1280 se creó la nueva villa de Pego, el castillo perdió su relevancia.
Todavía se conserva la muralla del castillo, la cual sirve para imaginar donde se situaban sus cuatro torres. Un detalle llamativo es que en el banco de guardia se puede ver un juego medieval que contaba con ocho orificios en los que se tenía que introducir piedras de diferentes tamaños.
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El Castellet (Orba)
El Castellet de Orba, también conocido como Castillo de Awraba, nace en época medieval cristiana, en concreto, fue en 1289, cuando el rey le concedió su construcción a Berenguer Mercer, señor de Murla y de estas tierras.
El pequeño castillo se ubicaba al suroeste de la población, sobre un monte a unos 420 metros de altura. Desde el lugar, Berenguer -que usaba la fortificación de residencia habitual- podía mantener vigilados los accesos a La Vall de Laguar y la Retoria para avisar en caso de avistar enemigos.
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Castillo de Moraira
El castillo de Moraira se construyó en siglo XVIII, cuando reinaba Felipe II, con la finalidad de defender la costa de la localidad de los incesantes ataques piratas y corsarios bereberes.
Se trata de uno de los castillos mejor conservados en la Marina Alta dada su reciente creación. La estructura cuenta con una planta en forma de herradura con fachada semicircular orientada hacia el sur y una única puerta en su parte norte, sobre la cual se encuentra el escudo de los Borbones.
El interior está dividido en tres naves que en su época estaban cubiertas por bóvedas y no tenían otra iluminación que las ventanas de la fachada.
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Castillo de Dénia
El castillo más imponente de la Marina Alta sin duda es el Castillo de Dénia, que ha conseguido restaurar su estructura original. Esta fortaleza nace entre los siglos XI y XII, en plena época islámica. Los moriscos aprovecharon las antiguas construcciones que los romanos realizaron en el lugar para alzar el castillo.
Durante la conquista cristiana de las tierras alicantinas, fue Eixemén d'en Carròs quién consiguió derrocar a las fuerzas islámicas y hacerse con la fortificación en 1244.
El castillo quedó en poder de la corona, pasando su propiedad a Jaime II, más tarde a su hijo Pedro I, después, al descendiente de este, Alfons, primer conde de Dénia. En el siglo XVI, Francisco Gómez de Sandoval y Rojas (marqués de Dénia) renovó y reafirmó el castillo ante el peligro de ataque por parte de los piratas berberiscos.
Sin embargo, durante la guerra de Sucesión (1701-1713) el castillo sufrió graves daños y quedó casi abandonado hasta principios del siglo XIX. Una Real Orden de 1859 ordenaba el total desalojo y derribo de los restos de la fortaleza.
Pasó a manos privadas hasta que en 1952 pasaría a manos del municipio de Dénia, y en 1958 empezaron los trabajos de restauración que han dejado la fortaleza en su estado actual.
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Torre del Reloj (Ondara)
Ondara contaba con un histórico castillo: en él estuvo alojado el Cid Campeador durante el invierno de 1090 a 1091, según cuenta el folclore del lugar.
En la actualidad, tan solo se conserva una de las torres del castillo, que pasó a denominarse «la Torre del Rellotge» cuando en el siglo XIX se instaló un reloj y la maquinaria de este en su interior.
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Castillo de Pop (Murla)
Los orígenes de esta construcción se remontan a los primeros siglos del islam en la Península. La ubicación -entre los ríos Pop y Xaló- se encontraba estratégicamente dispuesta, ya que era paso obligado para las comunicaciones entre las comarcas de L’Alcoià y La Marina.
Con el tiempo, fue muy posiblemente reconstruido por el Cid. Después pasaría por el señorío de los Martorell, el señorío de Xaló, los Duques de Gandía y Condes de Oliva. En el siglo XVI, tras repetidos ataques de piratas y de los corsarios de Barbarroja, que incendiaron la construcción, los Duques de Gandía cedieron el castillo convirtiéndolo en iglesia parroquial.
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Castillo d'Ocaive (Pedreguer)
El Castillo d'Ocaive data de la época medieval (s. XIII-XIV) y se sitúa a gran altura como ubicación estratégica para controlar el territorio por aquel entonces.
Hoy en día se encuentra en ruinas, pero entre los restos se puede descubrir una torre cuadrangular que tendría al menos una planta superior, con un contrafuerte sobre el acantilado y con la puerta de acceso abierta en el sur, donde había otra habitación que conserva el arranque de la bóveda rebajada con que estaba cubierta.