El municipio de Forna esconde uno de los castillos más representativos de la arquitectura gótica y declarado Bien de Interés Cultural. Además de poseer una interesante historia, también presenta unas vistas privilegiadas desde donde avistar el litoral de Oliva.
Historia
El Castillo de Forna nace como residencia señorial (palacio feudal) a finales del s. XV y principios del s. XVI, por tanto, se sitúa dentro del periodo gótico civil valenciano.
Tras la conquista por Jaume I fue edificado como casa solariega por los Cruïlles, un legado que perduraría hasta finales del siglo XVI.
Como característica particular, en los alrededores de la fortaleza se encuentra un conjunto de representaciones gráficas, las cuales podrían haber sido realizadas por los encargados de su construcción, según opinan los expertos.
Actualmente el castillo está cerrado al público ya que desde 2022 se encuentra en un proceso de rehabilitación. Se espera que su apertura tenga lugar en 2026.