Alcalalí posee una ermita de lo más característica, la ermita del Calvari. Entre árboles se encuentra este pequeño edificio religioso dedicado a la Virgen del Calvario y desde donde se ofrece una espectacular vista del paisaje montañoso.
- 1.
- 2.
- 3.
Características
La ermita del Calvari de Alcalalí se caracteriza por el contraste entre sus oscuras escaleras y su blanca fachada, sostenida por cuatro columnas, lo que le da un aspecto imponente. Este tipo de ermita se construyó con grandes bloques de piedra calcárea.
Existen tres espacios en la ermita: dos laterales en los que se ubican dos campanas, con los nombres Rosari y Sant Francesc, y el espacio central, de mayor tamaño, donde se sitúa una imagen de la virgen del Calvari, obra del escultor José Lluch.
Mientras, en el interior de la ermita destaca la estatua del Santísimo Cristo de la Sed, creación de Francisco Navarro Soriano. En el testero, detrás del altar, se puede observar la escultura de la Virgen del Calvario, una talla de un metro y medio de altura, creada por el escultor Vicente Rodilla Zanón.
Historia
La ermita es el destino final de un calvario, formado por catorce capillas que componen el Passeig de l’Ermita. Estas capillas fueron diseñadas por el rector y vecino de Alcalalí Juan Bautista Serer. En concreto, las obras de construcción de esta ermita finalizaron en 1954.
Cada año, en torno al 7 de marzo, se celebra una eucaristía en el exterior de la ermita para conmemorar la llegada de la Virgen al lugar y, al finalizar, los niños le ofrecen poesías a la patrona.
Ubicación
La ermita del Calvari de Alcalalí se sitúa en la vertiente de la partida de la Solana. Desde ella se pueden disfrutar de las vistas del interior de la Marina Alta, destacando las montañas que rodean la localidad.