En la pequeña sala donde ha tenido lugar el juicio a los 14 jóvenes antifascistas de Pego, la mirada se centraba completamente en ellos. Los encausados fueron acusados por delitos de desorden público, amenazas, atentado y lesiones después de lo ocurrido el 18 de octubre de 2020 tras un partido de fútbol disputado entre el Pego CF y el Gandia CF. Al salir de la Audiencia Provincial de Alicante, los signos de victoria entre los pegolins eran claros.
Con el precedente de que todos ellos han reconocido los hechos y la mayoría no tienen antecedentes penales, no entrarán en prisión, ya que se había llegado a un acuerdo para rebajar las penas que no superaban los dos años de cárcel. Por tanto, se ha decidido suspender estas penas, condenándoles finalmente a un «periodo de prueba» durante dos años, en el que los encausados no podrán verse involucrados en ningún delito. De hacerlo, se les aplicaría la pena por este proceso más la que pudiesen acumular por delitos futuros, en caso de existir.
Previamente, habían llegado a un acuerdo con las acusaciones, rebajando las condenas a 9 meses de prisión y 3 de localización permanente e indemnizaciones que van de los 1.660 euros a los 600 euros. Todos los abogados de los acusados han suscrito la solicitud de suspensión de la privación de libertad.
Algunos más relajados y otros visiblemente más preocupados, han escuchado pacientes la sentencia aceptando el acuerdo de conformidad establecido. En un primer momento, el Ministerio Fiscal pidió penas que oscilaban entre los cuatro años y nueve meses hasta los siete años y once meses de cárcel. Entre todos sumaban 104 años de prisión.
Por otro lado, los 14 de Pego deberán pagar unas multas, efectuando así el abono de las responsabilidades penales de entre 90 y 360 euros. El juez ha acordado con los acusados que las abonarán en el plazo de un mes, si no se revisará su solvencia transcurrido el periodo dictado.
Fuera de la Audiencia Provincial, un gran grupo de personas les han acompañado tanto a la entrada como a la salida, en señal de respaldo. Desde que sucedieron los hechos, en Pego se llevaron a cabo diversas concentraciones y actos en apoyo a los jóvenes.
Los hechos juzgados
El Ministerio Público mantuvo en su escrito de acusación que, tras el encuentro en el campo de fútbol Cervantes de Pego, «un grupo de unos cien seguidores del equipo local, entre los que se encontraban los procesados, se concentró en las dos puertas del estadio y comenzó a proferir amenazas hacia los aficionados visitantes, unos veintidós, que serían de una ideología política distinta a la de los encausados, y que seguían dentro del recinto deportivo. Ante esta situación, se cerraron las puertas del recinto deportivo y los aficionados del Gandía quedaron en su interior para evitar un posible enfrentamiento. Un agente de la Guardia Civil intentó mediar con el grupo del exterior y recibió expresiones como «los nazis esos han venido a provocarnos» o «los vamos a matar», por lo que el guardia decidió encerrarse en el estadio y esperar a los agentes de la Unidad de Antidisturbios. Sobre las nueve de la noche, horas después del inicio del partido, llegaron agentes de la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Guardia Civil de Alicante y, según el relato que hace la Fiscalía, los procesados junto al resto de concentrados que no han podido ser identificados, comenzaron a lanzarles objetos como piedras, adoquines, botellas de cristal o tapas de alcantarilla. Cinco agentes resultaron lesionados de diversa consideración por el impacto de dichos objetos».
