Las advertencias a la Generalitat por parte de los cinco herederos de Anna-Maria Onkenhout, última propietaria del convento de Jesús Pobre, se han hecho efectivas. Circulan por internet numerosas páginas de venta de viviendas con el anuncio del valioso edificio por el que piden 2,3 millones de euros, 84.805,22 euros más que su valor de tasación.
El periódico Levante-EMV así lo ha alertado hoy, dando a conocer la pérdida de este edificio para el patrimonio cultural de la Marina Alta. Los propietarios del convento siempre manifestaron su voluntad de venderlo a la Generalitat como forma de cambiar su titularidad y que tuviese un futuro público, para ser disfrutado y admirado por la ciudadanía de la comarca.
En 2022, el Consell inició el expediente para adquirirlo a través de los presupuestos participativos de la Generalitat. Sin embargo, el proceso quedó paralizado y se produjo un gran silencio administrativo que condujo a los herederos a presentar un recurso potestativo de reposición a la Conselleria de Hacienda y Modelo Económico.
Como ya confirmó el abogado de los herederos de Onkenhout, José Miguel González de la Fuente, en abril de este año, tras la falta de respuesta, los propietarios están buscando otra alternativa para vender la propiedad, aunque no sea de forma pública. Perdiendo así, la Generalitat, la oportunidad de atesorarlo entre sus bienes más preciados.
Puede acabar como hotel de lujo . Ello significará mantener la finca en perfecto estado y dinero para el pueblo. Personal, gastos de clientes,etc.
Lo de la finca me lo creo. Lo del dinero, pues ya no tanto.
Una pena