Tras prohibirse el consumo humano de agua en toda la Vall de Gallinera el pasado 22 de diciembre, el ayuntamiento ha informado que el agua vuelve a ser potable.
Una situación que no es nueva para la Vall, puesto que en varias ocasiones se han visto obligados a prohibir su uso por superar los niveles máximos de turbidez en el agua.
Tras haber realizado las pertinentes analíticas, la Dirección General de Salud Pública ha vuelto a autorizar el uso para consumo humano del agua de Alpatró, Benialí, Benirrama, Benissili, Benissivà, Benitaia, La Carroja y Llombai.
El problema de la turbidez del agua, según ha explicado el ayuntamiento, viene de la bomba de La Solana, desde donde extraen el agua y que actualmente sale turbia por un problema del mismo acuífero. Tras el asesoramiento técnico pertinente, la solución necesitará de una gran inversión económica que llevará un tiempo poder conseguir.