Alcalalí está en la Vall del Pop (el Valle del Pop), por el que discurre el río Gorgos, en el interior de la comarca de la Marina Alta. Su término municipal tiene una superficie de 14,4 kilómetros cuadrados y se sitúa entre los montes Seguili, Carrascal, Rates y Aixa. El casco urbano de Alcalalí se encuentra a una altitud de 240 metros sobre el nivel del mar, y la altitud máxima que se alcanza dentro de su término es de 780 metros en el Pico de Rates. El municipio está a 78 kilómetros de la capital de provincia, Alicante. Su ayuntamiento está en el carrer Major, 10.
A continuación tienes un índice con todos los puntos que vamos a tratar.
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Cómo llegar
La vía más utilizada y más directa es la autopista AP-7, que discurre por toda la costa de la Comunitat Valenciana. Hay que tomar la salida 62, continuar por la CV-725 e incorporarte a la N-332 dirección Alicante-Xàbia. A la altura de Ondara debes desviarte hacia Pedreguer/Alcalalí. También puedes llegar a Alcalalí desde Benissa tomando la CV-745 y después la CV-750.
Zonas y habitantes
Además del centro urbano, dentro del término municipal de Alcalalí hay diferentes urbanizaciones y también una Entidad de Ámbito Territorial Inferior al Municipio (EATIM): la Llosa de Camatxo.
Alcalalí contaba, según el padrón de 2019 extraído del Directorio Local de la Provincia de Alicante, con 1278 habitantes. Según estos datos, más de la mitad de la población de Alcalalí es extranjera.
Historia
En 1245, Jaume I conquistó Alcalalí a los árabes. A partir de entonces, comienza una larga historia de donaciones y compras de este territorio a manos de diferentes nobles y señores. Para conocer mejor la historia de Alcalalí, es muy acertado visitar su Torre Medieval, su monumento emblemático.
La economía en este lugar siempre se ha basado en la agricultura: la almendra, la uva, la oliva y la naranja. Pero actualmente, el sector servicios (hostelería, restauración, turismo) ha tomado el relevo.
Por qué visitarlo
Lo más destacable de Alcalalí es un territorio y un paisaje extraordinarios, con una meteorología benigna durante todo el año para la práctica de deportes al aire libre como el senderismo, o el cicloturismo.
