El primer fin de semana del verano ha sido como se esperaba, con largas colas -de personas y también de coches-, playas llenas y mucho ir y venir de turistas y visitantes a los municipios costeros de la Marina Alta.
Pero, como el anterior, este no es un verano normal. La pandemia sigue ahí y, aunque se hayan relajado las restricciones (la última de ellas, el uso de la mascarilla), sigue habiendo control de aforos y obligación de mantener la distancia social por lo que en las zonas turísticas donde se pueden producir grandes aglomeraciones es necesario ampliar el dispositivo de control.
Es el caso de Benissa, este primer fin de semana de temporada estival ya ha tenido que colgar el cartel de completo en sus playas para evitar que se produzcan aglomeraciones. Esta situación, poco probable en grandes playas como Les Marines de Dénia, será muy habitual durante todo el verano en La Fustera y l’Advocat de Benissa, en la Barraca y la Granadella de Xàbia o en el Moraig de Benitatxell, pequeñas calas muy turísticas que tienen poca zona de aparcamiento y de espacio para poner la toalla y disfrutar de un día en la playa.
